Bronquitis

La bronquitis es una inflamación del revestimiento de los bronquios. Estos conductos transportan aire hacia y desde los pulmones. Las personas que tienen bronquitis a menudo expulsan moco espeso, que puede estar decolorado. La bronquitis puede comenzar repentinamente y ser de corta duración (aguda) o comenzar gradualmente y volverse a largo plazo (crónica).

La bronquitis aguda, que a menudo se desarrolla a partir de un resfriado u otra infección respiratoria, es muy común. También llamada resfriado de pecho, la bronquitis aguda generalmente mejora en una semana o 10 días sin efectos duraderos, aunque la tos puede persistir durante semanas.

La bronquitis crónica, una afección más grave, es una irritación o inflamación constante del revestimiento de los bronquios, a menudo debido al tabaquismo. Si tiene episodios repetidos de bronquitis, es posible que tenga bronquitis crónica, que requiere atención médica. La bronquitis crónica es una de las afecciones incluidas en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Si tiene bronquitis aguda, puede presentar síntomas de resfriado, como:

Tos Producción de moco (esputo), que puede ser transparente, blanco, gris amarillento o verde; en raras ocasiones, puede tener vetas de sangre Dolor de garganta Dolor de cabeza leve y dolores musculares Fiebre leve y escalofríos Fatiga Molestias en el pecho Dificultad para respirar y sibilancias Si bien estos síntomas suelen mejorar en aproximadamente una semana, es posible que tenga una tos persistente que dure varias semanas. En el caso de la bronquitis crónica, los signos y síntomas pueden incluir: Tos Producción de moco Fatiga Molestias en el pecho Dificultad para respirar La bronquitis crónica se define generalmente como una tos productiva que dura al menos tres meses, con episodios que se repiten durante al menos dos años consecutivos. Si tiene bronquitis crónica, es probable que tenga períodos en los que la tos u otros síntomas empeoren. También es posible tener una infección aguda además de la bronquitis crónica. Comuníquese con su médico o clínica para obtener asesoramiento si su tos: Va acompañada de fiebre superior a 100.4 °F (38 °C). Produce sangre. Está asociada con dificultad para respirar o sibilancias graves o que empeoran. Incluye otros signos y síntomas graves; por ejemplo, si parece pálido y letárgico, tiene un tinte azulado en los labios y lechos ungueales, o tiene problemas para pensar con claridad o concentrarse. Dura más de tres semanas. Antes de ir, su médico o clínica pueden darle orientación sobre cómo prepararse para su cita.

Comuníquese con su médico o clínica para obtener asesoramiento si su tos:

• Va acompañada de fiebre superior a 100.4 F (38 C).
• Produce sangre.
• Está asociada con dificultad respiratoria grave o que empeora o sibilancias.
• Incluye otros signos y síntomas graves, por ejemplo, parece pálido y letárgico, tiene un tinte azulado en los labios y lechos ungueales, o tiene problemas para pensar con claridad o concentrarse.
• Dura más de tres semanas. Antes de ir, su médico o clínica pueden darle orientación sobre cómo prepararse para su cita.

La bronquitis aguda suele estar causada por virus, normalmente los mismos virus que causan los resfriados y la gripe (influenza). Muchos virus diferentes —todos ellos muy contagiosos— pueden causar bronquitis aguda. Los antibióticos no matan los virus, por lo que este tipo de medicamento no es útil en la mayoría de los casos de bronquitis.

Los virus se propagan principalmente de persona a persona mediante las gotitas que produce una persona enferma al toser, estornudar o hablar, y que usted inhala. Los virus también pueden propagarse a través del contacto con un objeto infectado. Esto ocurre cuando usted toca algo que tiene el virus y luego se toca la boca, los ojos o la nariz.

La causa más común de la bronquitis crónica es el tabaquismo. La contaminación del aire y el polvo o los gases tóxicos en el medio ambiente o en el lugar de trabajo también pueden contribuir a la afección.

Factores que aumentan el riesgo de bronquitis incluyen:

• Humo de cigarrillo. Las personas que fuman o que viven con un fumador tienen un mayor riesgo de bronquitis aguda y crónica.
• Baja resistencia. Esto puede ser el resultado de otra enfermedad aguda, como un resfriado, o de una afección crónica que compromete el sistema inmunitario. Los adultos mayores, los bebés y los niños pequeños tienen una mayor vulnerabilidad a las infecciones.
• Exposición a irritantes en el trabajo. El riesgo de desarrollar bronquitis es mayor si trabaja con ciertos irritantes pulmonares, como granos o textiles, o si está expuesto a humos químicos.
• Reflujo gástrico. Los episodios repetidos de acidez estomacal severa pueden irritar la garganta y hacerlo más propenso a desarrollar bronquitis.

Aunque un solo episodio de bronquitis generalmente no es motivo de preocupación, puede provocar neumonía en algunas personas. Sin embargo, los episodios repetidos de bronquitis pueden significar que usted tiene enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Para reducir el riesgo de bronquitis, siga estos consejos:

• Vacúnese contra la gripe anualmente. Muchos casos de bronquitis aguda son consecuencia de la gripe, un virus. Vacunarse contra la gripe anualmente puede ayudar a protegerle de contraerla. Consulte también a su médico o clínica si necesita una vacuna que proteja contra ciertos tipos de neumonía.
• Lávese las manos. Para reducir el riesgo de contraer una infección vírica, lávese las manos con frecuencia y acostúmbrese a usar desinfectantes de manos a base de alcohol. Además, evite tocarse los ojos, la nariz y la boca.
• Evite el contacto cercano con personas que tengan una infección vírica. Manténgase alejado de las personas que tengan gripe u otra enfermedad respiratoria.
• Evite el humo del cigarrillo. El humo del cigarrillo aumenta el riesgo de bronquitis crónica.
• Use una mascarilla adecuada. Si tiene EPOC, considere usar una mascarilla en el trabajo si está expuesto al polvo o a los humos. Hable con su empleador sobre la protección adecuada. Usar una mascarilla cuando vaya a estar entre multitudes ayuda a reducir la exposición a infecciones.

Un espirómetro es un dispositivo de diagnóstico que mide la cantidad de aire que puede inhalar y exhalar, y el tiempo que tarda en exhalar completamente después de inhalar profundamente.

Durante los primeros días de la enfermedad, puede ser difícil distinguir los signos y síntomas de la bronquitis aguda de los de un resfriado común. Durante el examen físico, su médico usará un estetoscopio para escuchar atentamente sus pulmones mientras respira.

En algunos casos, su médico puede sugerir las siguientes pruebas:

• Radiografía de tórax. Una radiografía de tórax puede ayudar a determinar si tiene neumonía u otra afección que pueda explicar su tos. Esto es especialmente importante si fuma o ha fumado alguna vez.
• Análisis de esputo. El esputo es la mucosidad que tose de sus pulmones. Se puede analizar para ver si tiene enfermedades que podrían tratarse con antibióticos. El esputo también se puede analizar para detectar signos de alergias.
• Prueba de función pulmonar. Durante una prueba de función pulmonar, usted sopla en un dispositivo llamado espirómetro, que mide la cantidad de aire que pueden contener sus pulmones y la rapidez con la que puede sacar aire de sus pulmones. Esta prueba verifica si hay signos de asma, bronquitis crónica o enfisema.