Las malformaciones vasculares del sistema nervioso central son problemas poco frecuentes que afectan a los vasos sanguíneos del cerebro o la médula espinal y sus cubiertas, llamadas membranas.
Existen varios tipos de malformaciones vasculares del sistema nervioso central, entre ellas:
Los síntomas dependen del tipo de malformación vascular del sistema nervioso central y de dónde se encuentre. Algunas malformaciones vasculares no presentan síntomas. Se encuentran en las imágenes para otra cosa.
Los síntomas de algunas malformaciones vasculares del sistema nervioso central pueden incluir:
La causa de las malformaciones vasculares del sistema nervioso central no está clara. Algunas están presentes al nacer, llamadas congénitas. Otras aparecen más tarde.
Algunas afecciones genéticas pueden aumentar el riesgo de tener una malformación vascular. Otra causa podría ser una lesión en el sistema nervioso central.
Las complicaciones pueden incluir:
Una vez que se produce una hemorragia, hay un mayor riesgo de sufrir otra hemorragia. Para una persona que tiene una malformación vascular, el embarazo puede aumentar el riesgo de hemorragia.
Para diagnosticar una malformación vascular del sistema nervioso central, un proveedor de atención médica busca antecedentes familiares de accidente cerebrovascular, epilepsia o afecciones relacionadas. Algunas malformaciones vasculares producen un sonido sibilante, llamado soplo. El flujo sanguíneo rápido a través de una malformación causa el soplo. Un proveedor podría escuchar el sonido a través de un estetoscopio.
Las pruebas de imagen, como una angiografía, pueden detectar una malformación vascular del sistema nervioso central. Una angiografía muestra el flujo sanguíneo a través de las arterias o las venas. Los vasos sanguíneos aparecen en la imagen después de inyectar un medio de contraste en la sangre. El tinte se ilumina en la exploración.
Se puede utilizar una angiografía por resonancia magnética o una angiografía por tomografía computarizada para diagnosticar una malformación vascular del sistema nervioso central y planificar el tratamiento.
Algunas malformaciones vasculares, como las malformaciones cavernosas, se encuentran utilizando resonancias magnéticas o tomografías computarizadas regulares.
El tratamiento de una malformación vascular del sistema nervioso central depende del tipo de malformación, de su ubicación, de los síntomas que causa y del riesgo de hemorragia. A veces, la observación de los cambios en la malformación y del riesgo de hemorragia puede ser todo lo que se necesita.
Los medicamentos que pueden usarse para tratar los síntomas de una malformación venosa incluyen medicamentos anticonvulsivos para tratar las convulsiones y analgésicos para los dolores de cabeza.
Algunas malformaciones vasculares del sistema nervioso central que presentan un alto riesgo de hemorragia pueden extirparse. El procedimiento depende de la malformación.
Cirugía. Esto implica una incisión en el cerebro o la médula espinal para extirpar la malformación. La cirugía se utiliza con mayor frecuencia para una malformación arteriovenosa que es pequeña y se encuentra en un lugar de fácil acceso.
Al igual que con cualquier cirugía, existen riesgos como la infección y la pérdida de sangre. También existe el riesgo de dañar el tejido sano cercano.
Radiocirugía estereotáctica. Esta utiliza haces de radiación dirigidos exactamente a la malformación vascular. La radiación daña las paredes de los vasos sanguíneos de la malformación y hace que desaparezca con el tiempo.
Debido a que la radiocirugía no implica cortes, los riesgos son menores que los de la cirugía estándar. Sin embargo, existe el riesgo de daño por radiación al tejido sano.
Embolización endovascular. Esta técnica implica el uso de un tubo largo y delgado, llamado catéter. El tubo se introduce en una arteria de la pierna o la ingle que irriga la malformación. Luego se introduce en el cerebro utilizando imágenes de rayos X para guiarlo.
A través del tubo, el cirujano envía espirales o una sustancia similar al pegamento que bloquea la arteria y reduce el flujo sanguíneo a la malformación.
La embolización puede no extirpar completamente la malformación, o los resultados pueden no durar mucho tiempo. A menudo se utiliza con otros procedimientos quirúrgicos.
Cirugía. Esto implica una incisión en el cerebro o la médula espinal para extirpar la malformación. La cirugía se utiliza con mayor frecuencia para una malformación arteriovenosa que es pequeña y se encuentra en un lugar de fácil acceso.
Al igual que con cualquier cirugía, existen riesgos como la infección y la pérdida de sangre. También existe el riesgo de dañar el tejido sano cercano.
Radiocirugía estereotáctica. Esta utiliza haces de radiación dirigidos exactamente a la malformación vascular. La radiación daña las paredes de los vasos sanguíneos de la malformación y hace que desaparezca con el tiempo.
Debido a que la radiocirugía no implica cortes, los riesgos son menores que los de la cirugía estándar. Sin embargo, existe el riesgo de daño por radiación al tejido sano.
Embolización endovascular. Esta técnica implica el uso de un tubo largo y delgado, llamado catéter. El tubo se introduce en una arteria de la pierna o la ingle que irriga la malformación. Luego se introduce en el cerebro utilizando imágenes de rayos X para guiarlo.
A través del tubo, el cirujano envía espirales o una sustancia similar al pegamento que bloquea la arteria y reduce el flujo sanguíneo a la malformación.
La embolización puede no extirpar completamente la malformación, o los resultados pueden no durar mucho tiempo. A menudo se utiliza con otros procedimientos quirúrgicos.
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