Fístula De Lcr (Fístula De Líquido Cefalorraquídeo)

El líquido cefalorraquídeo (LCR) rodea el cerebro y la médula espinal y proporciona una amortiguación para protegerlos de lesiones. Hay tres capas que rodean la médula espinal y el cerebro. Cuando hay un agujero o desgarro en la capa más externa, se produce una fuga de LCR. El agujero o desgarro en esta capa externa, llamada duramadre, permite que parte del líquido se escape.

Hay dos tipos distintos de fugas de LCR: fugas de LCR espinales y fugas de LCR craneales. Cada tipo tiene diferentes síntomas, causas y tratamientos.

Una fuga de LCR espinal ocurre en cualquier parte de la columna vertebral. El síntoma más común de una fuga de LCR espinal es el dolor de cabeza.

Una fuga de LCR craneal ocurre en el cráneo y, a menudo, causa síntomas como la fuga de líquido claro por la nariz o el oído.

Algunas fugas de LCR pueden sanar con reposo en cama y otros tratamientos conservadores. Muchas fugas de LCR necesitan un parche para cubrir el agujero o una cirugía para reparar la fuga.

Los síntomas varían entre las fugas de LCR espinal y craneal.

El síntoma más común de una fuga de LCR espinal es el dolor de cabeza. Estos dolores de cabeza generalmente:

• Causan dolor en la parte posterior de la cabeza.
• Mejoran al acostarse.
• Empeoran al ponerse de pie.
• Pueden comenzar o empeorar al toser o hacer fuerza.
• En raras ocasiones, comienzan repentinamente. Cuando esto sucede, se denomina dolor de cabeza en "trueno".

Otros síntomas de las fugas de LCR espinal pueden incluir:

• Dolor de cuello u hombros.
• Tinnitus.
• Cambios en la audición.
• Mareos.
• Náuseas o vómitos.
• Cambios en la visión.
• Cambios en el comportamiento o en la capacidad de pensar con claridad.

Los síntomas de la fuga de LCR craneal pueden incluir:

• Drenaje claro y acuoso por un lado de la nariz o el oído.
• Pérdida de audición.
• Sabor metálico en la boca.
• Meningitis.

Las fugas de LCR espinal pueden ser causadas por:

• Una punción lumbar, también llamada punción raquídea.
• Una epidural en la columna vertebral para aliviar el dolor, como durante el parto.
• Una lesión en la cabeza o la columna vertebral.
• Espolones óseos a lo largo de la columna vertebral.
• Irregularidades de la duramadre alrededor de las raíces nerviosas en la columna vertebral.
• Conexiones irregulares entre la duramadre y las venas. Estas se denominan fístulas CSF-venosas.
• Cirugía previa en la columna vertebral.

Las fugas de LCR craneal pueden ser causadas por:

• Una lesión en la cabeza.
• Cirugía de senos paranasales.
• Malformaciones del oído interno.

A veces, las fugas de LCR se desarrollan después de eventos muy menores:

• Estornudos.
• Tos.
• Esfuerzo para defecar.
• Levantar objetos pesados.
• Caídas.
• Estiramiento.
• Ejercicio.

Cuando no hay cirugía o procedimiento antes del inicio de una fuga de LCR, se denomina fuga de LCR espontánea.

Factores de riesgo para fugas de LCR espinales incluyen:

• Haberse sometido a una cirugía o procedimiento previo en o alrededor de la columna vertebral.
• Trastornos del tejido conectivo como el síndrome de Marfan o el síndrome de Ehlers-Danlos, que a menudo también causan hipermovilidad articular y luxaciones.

Factores de riesgo para fugas de LCR craneales incluyen:

• Haberse sometido a una cirugía previa en o alrededor del cráneo.
• Obesidad.
• Apnea obstructiva del sueño.
• Traumatismo craneoencefálico.
• Tumor en la base del cráneo.
• Irregularidades de la base del cráneo o del oído interno.

Si una fuga de LCR craneal no se trata, pueden producirse complicaciones. Las posibles complicaciones incluyen meningitis y neumocéfalo tensional, que es cuando el aire entra en los espacios que rodean el cerebro. Las fugas de LCR espinal no tratadas pueden provocar hematomas subdurales, o hemorragias en la superficie del cerebro.

Su profesional de la salud probablemente comenzará preguntándole sobre su historial médico y realizando un examen físico.

Pruebas para diagnosticar una fuga de LCR espinal pueden incluir:

• Resonancia magnética (RM) con gadolinio. Una resonancia magnética utiliza un campo magnético y ondas de radio para producir imágenes detalladas del cerebro, la médula espinal y otras áreas del cuerpo. El uso de RM con gadolinio facilita la visualización de cualquier cambio en la columna vertebral que resulte de una fuga de LCR. El gadolinio es una sustancia llamada agente de contraste que resalta los tejidos del cuerpo.
• Mielografía. Esta prueba de imagen utiliza un medio de contraste y rayos X o tomografía computarizada (TC) para tomar imágenes detalladas de la columna vertebral. Puede encontrar la ubicación exacta de una fuga de LCR y ayuda a determinar el plan de tratamiento más adecuado.

Su profesional de la salud probablemente comenzará con su historial médico y un examen físico. El examen físico incluye una evaluación cercana de su nariz y oídos. Es posible que se le pida que se incline hacia adelante para verificar si hay alguna secreción nasal, que puede recolectarse y enviarse a un laboratorio para su análisis.

Pruebas para diagnosticar una fuga de LCR craneal pueden incluir:

• RM con gadolinio. Se puede usar una resonancia magnética para ayudar a detectar una fuga de LCR dentro del cerebro. Su uso con gadolinio, un agente de contraste, ayuda a resaltar irregularidades en el cerebro y a localizar la fuente de una fuga de LCR.
• Timpanometría. Esta prueba utiliza un dispositivo de mano llamado timpánometro. La sonda del timpánometro se inserta en el oído para medir la función del oído medio y verificar si hay líquido. La salida de líquido claro del oído es un síntoma de una fuga de LCR.
• Cisternografía por TC. Esta prueba se considera el estándar de oro para el diagnóstico y la localización de fugas de LCR craneales. Utiliza una tomografía computarizada y un medio de contraste para localizar fugas de LCR en cualquier parte de la base del cráneo. Esta prueba puede mostrar exactamente dónde se encuentra una fuga de LCR y ayudar a determinar el plan de tratamiento más adecuado. La TC de alta resolución proporciona imágenes con aún mayor detalle y también se puede utilizar.

Algunas fugas de LCR mejoran solo con reposo en cama, pero la mayoría necesita tratamiento.

Los tratamientos para las fugas de LCR espinal pueden incluir:

• Parche epidural de sangre. Este tratamiento implica tomar una muestra de su propia sangre y luego inyectarla en el canal espinal. Los glóbulos sanguíneos forman un coágulo, que puede crear un parche para cubrir el área donde el LCR está goteando.
• Sellante de fibrina. El sellante de fibrina es un pegamento especial hecho de sustancias en el plasma humano que ayudan con la coagulación de la sangre. Usado solo o mezclado con su sangre, se inyecta en el canal espinal para cubrir el orificio y detener la fuga de LCR.
• Cirugía. Algunas fugas de LCR necesitan cirugía. La cirugía se realiza si las otras opciones de tratamiento no funcionan y se conoce el sitio preciso de la fuga. Hay varios tipos de tratamientos quirúrgicos que reparan las fugas de LCR. La cirugía puede implicar la reparación de la fuga de LCR con puntos de sutura o injertos hechos de parches de músculo o grasa.
• Embolización transvenosa. Este procedimiento mínimamente invasivo se utiliza solo para las fístulas CSF-venosas. Las fístulas CSF-venosas son conexiones irregulares que ocurren en la columna vertebral y permiten que el líquido cefalorraquídeo se filtre a los vasos sanguíneos. La embolización transvenosa detiene la fuga sellando la fístula desde el interior de la vena afectada.

Algunas fugas de LCR craneales, como las causadas por traumatismos, pueden mejorar con medidas conservadoras como:

• Reposo en cama.
• Elevación de la cabecera de la cama.
• Tomar ablandadores de heces para evitar el esfuerzo.

Otras fugas de LCR craneales requieren reparación quirúrgica.