Delirio

El delirio es un cambio grave en las capacidades mentales. Produce confusión mental y falta de conciencia del entorno. El trastorno suele aparecer rápidamente, en cuestión de horas o días.

El delirio a menudo puede atribuirse a uno o más factores. Estos factores pueden incluir una enfermedad grave o prolongada o un desequilibrio en el cuerpo, como niveles bajos de sodio. El trastorno también puede ser causado por ciertos medicamentos, infecciones, cirugía o consumo o abstinencia de alcohol o drogas.

Los síntomas del delirio a veces se confunden con los síntomas de la demencia. Los profesionales de la salud pueden basarse en la información de un familiar o cuidador para diagnosticar el trastorno.

Los síntomas del delirio suelen comenzar en unas pocas horas o unos pocos días. Normalmente aparecen con un problema médico. Los síntomas a menudo aparecen y desaparecen durante el día. Puede haber períodos sin síntomas. Los síntomas tienden a empeorar por la noche, cuando está oscuro y las cosas parecen menos familiares. También tienden a empeorar en entornos que no son familiares, como en un hospital. Los síntomas principales incluyen los siguientes. Esto puede resultar en: Dificultad para concentrarse en un tema o cambiar de tema Quedarse atascado en una idea en lugar de responder a las preguntas Distraerse fácilmente Estar retraído, con poca o ninguna actividad o poca respuesta al entorno Esto puede aparecer como: Mala memoria, como olvidar eventos recientes No saber dónde están o quiénes son Problemas con el habla o recordar palabras Habla divagante o sin sentido Dificultad para comprender el habla Dificultad para leer o escribir Estos pueden incluir: Ansiedad, miedo o desconfianza hacia los demás Depresión Mal genio o ira Sensación de euforia Falta de interés y emoción Cambios rápidos de humor Cambios de personalidad Ver cosas que otros no ven Estar inquieto, ansioso o combativo Gritar, gemir o hacer otros sonidos Estar callado y retraído, especialmente en adultos mayores Movimiento lento o estar lento Cambios en los hábitos de sueño Un ciclo de sueño-vigilia alterado día-noche Los expertos han identificado tres tipos: Delirio hiperactivo. Este puede ser el tipo más fácil de reconocer. Las personas con este tipo pueden estar inquietas y caminar por la habitación. También pueden estar ansiosas, tener cambios de humor rápidos o ver cosas que no están allí. Las personas con este tipo a menudo se resisten a la atención. Delirio hipoactivo. Las personas con este tipo pueden estar inactivas o tener una actividad reducida. Tienden a estar letárgicos o somnolientos. Pueden parecer estar en un estado de aturdimiento. No interactúan con la familia ni con otras personas. Delirio mixto. Los síntomas involucran ambos tipos de delirio. La persona puede cambiar rápidamente de estar inquieta a estar letárgica. El delirio y la demencia pueden ser difíciles de distinguir, y una persona puede tener ambas. Alguien con demencia tiene un deterioro gradual de la memoria y otras habilidades de pensamiento debido al daño o la pérdida de células cerebrales. La causa más común de demencia es la enfermedad de Alzheimer, que aparece lentamente durante meses o años. El delirio a menudo ocurre en personas con demencia. Sin embargo, los episodios de delirio no siempre significan que una persona tenga demencia. Las pruebas de demencia no deben realizarse durante un episodio de delirio porque los resultados podrían ser engañosos. Algunas diferencias entre los síntomas del delirio y la demencia incluyen: Inicio. El inicio del delirio ocurre en poco tiempo, en uno o dos días. La demencia generalmente comienza con síntomas menores que empeoran con el tiempo. Atención. La capacidad de mantenerse concentrado o mantener el enfoque se ve afectada con el delirio. Una persona en las primeras etapas de la demencia permanece generalmente alerta. Alguien con demencia a menudo no está letárgico ni agitado. Cambios rápidos en los síntomas. Los síntomas del delirio pueden aparecer y desaparecer varias veces durante el día. Si bien las personas con demencia tienen momentos mejores y peores del día, su memoria y sus habilidades de pensamiento generalmente se mantienen en un nivel constante. Si un familiar, amigo o alguien a su cuidado presenta síntomas de delirio, hable con el proveedor de atención médica de la persona. Su opinión sobre los síntomas, el pensamiento típico y las habilidades habituales será importante para un diagnóstico. También puede ayudar al proveedor a encontrar la causa del trastorno. Si observa síntomas en alguien en el hospital o en un asilo de ancianos, informe sus inquietudes al personal de enfermería o al proveedor de atención médica. Es posible que los síntomas no se hayan observado. Las personas mayores que están hospitalizadas o que viven en un centro de atención a largo plazo tienen riesgo de delirio.

Si un familiar, amigo o alguien a su cuidado muestra síntomas de delirio, hable con el proveedor de atención médica de la persona. Su información sobre los síntomas, el pensamiento típico y las habilidades habituales será importante para un diagnóstico. También puede ayudar al proveedor a encontrar la causa del trastorno. Si observa síntomas en alguien que está en el hospital o en un asilo de ancianos, informe sus inquietudes al personal de enfermería o al proveedor de atención médica. Es posible que no se hayan observado los síntomas. Las personas mayores que están hospitalizadas o que viven en un centro de atención a largo plazo tienen riesgo de delirio.

El delirio ocurre cuando las señales en el cerebro no se envían ni reciben correctamente.

El trastorno puede tener una sola causa o más de una. Por ejemplo, una condición médica combinada con los efectos secundarios de un medicamento podría causar delirio. A veces no se puede encontrar ninguna causa. Las posibles causas incluyen:

• Ciertos medicamentos o efectos secundarios de los medicamentos
• Consumo o abstinencia de alcohol o drogas
• Una condición médica como un accidente cerebrovascular, un ataque cardíaco, un empeoramiento de la enfermedad pulmonar o hepática, o una lesión por una caída
• Un desequilibrio en el cuerpo, como niveles bajos de sodio o calcio
• Enfermedad grave y prolongada o una enfermedad que provocará la muerte
• Fiebre y una nueva infección, particularmente en niños
• Infección del tracto urinario, neumonía, gripe o COVID-19, especialmente en adultos mayores
• Exposición a una toxina, como monóxido de carbono, cianuro u otros venenos
• Mala nutrición o pérdida de demasiado líquido corporal
• Falta de sueño o angustia emocional severa
• Dolor
• Cirugía u otro procedimiento médico que requiera ser puesto en un estado similar al sueño

Algunos medicamentos tomados solos o en combinación pueden desencadenar delirio. Estos incluyen medicamentos que tratan:

• Dolor
• Problemas del sueño
• Alergias
• Asma
• Hinchazón
• Enfermedad de Parkinson
• Espasmos o convulsiones

Cualquier condición que resulte en una estadía hospitalaria aumenta el riesgo de delirio. Esto es más cierto cuando alguien se recupera de una cirugía o es ingresado en cuidados intensivos. El delirio es más común en adultos mayores y en personas que viven en hogares de ancianos.

Ejemplos de otras condiciones que pueden aumentar el riesgo de delirio incluyen:

• Trastornos cerebrales como demencia, accidente cerebrovascular o enfermedad de Parkinson
• Episodios de delirio previos
• Pérdida de visión o audición
• Múltiples problemas médicos

El delirio puede durar solo unas pocas horas o hasta varias semanas o meses. Si se tratan las causas, el tiempo de recuperación suele ser más corto.

La recuperación depende en cierta medida del estado de salud y mental antes del inicio de los síntomas. Las personas con demencia, por ejemplo, pueden experimentar un deterioro general de la memoria y las habilidades de pensamiento después de un episodio de delirio. Las personas con mejor salud tienen más probabilidades de recuperarse completamente.

Las personas con otras enfermedades graves, duraderas o terminales pueden no recuperar las habilidades de pensamiento o la función que tenían antes del inicio del delirio. El delirio en personas gravemente enfermas es más probable que provoque:

• Un deterioro general de la salud
• Una mala recuperación de la cirugía
• La necesidad de cuidados a largo plazo
• Un mayor riesgo de muerte

La mejor manera de prevenir el delirio es dirigirse a los factores de riesgo que podrían desencadenar un episodio. Los entornos hospitalarios presentan un desafío especial. Las estancias hospitalarias a menudo implican cambios de habitación, procedimientos invasivos, ruidos fuertes y poca iluminación. La falta de luz natural y la falta de sueño pueden empeorar la confusión. Algunos pasos pueden ayudar a prevenir o reducir la gravedad del delirio. Para ello, promueva buenos hábitos de sueño, ayude a la persona a mantenerse tranquila y bien orientada, y ayude a prevenir problemas médicos u otras complicaciones. Evite también los medicamentos utilizados para dormir, como la difenhidramina (Benadryl Allergy, Unisom, entre otros).

Un proveedor de atención médica puede diagnosticar el delirio basándose en la historia clínica y las pruebas del estado mental. El proveedor también considerará los factores que pueden haber causado el trastorno. Un examen puede incluir:

• Historia clínica. El proveedor preguntará qué cambió en los últimos días. ¿Hay una nueva infección? ¿Comenzó la persona a tomar un nuevo medicamento? ¿Hubo una lesión o un nuevo dolor, como dolor en el pecho? ¿Se produjeron dolores de cabeza o debilidad? ¿Consumió la persona alcohol o alguna droga legal o ilegal?
• Revisión del estado mental. El proveedor comienza probando la conciencia, la atención y el pensamiento. Esto puede hacerse hablando con la persona. O puede hacerse con pruebas o exámenes de detección. La información de familiares o cuidadores puede ser útil.
• Exámenes físicos y neurológicos. Un examen físico busca signos de problemas de salud o enfermedades. Un examen neurológico comprueba la visión, el equilibrio, la coordinación y los reflejos. Esto puede ayudar a determinar si un accidente cerebrovascular u otra enfermedad está causando el delirio.
• Otras pruebas. El proveedor de atención médica puede solicitar análisis de sangre, orina y otras pruebas. Se pueden utilizar pruebas de neuroimagen cuando no se puede hacer un diagnóstico con otra información.

El primer objetivo del tratamiento del delirio es abordar cualquier causa o desencadenante. Esto puede incluir suspender ciertos medicamentos, tratar una infección o tratar un desequilibrio en el cuerpo. Luego, el tratamiento se centra en crear el mejor entorno para la curación del cuerpo y la calma del cerebro.

Los cuidados de apoyo tienen como objetivo prevenir complicaciones. Estos son los pasos a seguir:

• Proteger las vías respiratorias
• Proporcionar líquidos y nutrición
• Ayudar con el movimiento
• Tratar el dolor
• Abordar la falta de control de la vejiga
• Evitar el uso de restricciones físicas y sondas vesicales
• Evitar cambios en el entorno y los cuidadores cuando sea posible
• Incluir a familiares o personas conocidas en la atención

Si usted es un familiar o cuidador de alguien que tiene delirio, hable con el proveedor de atención médica sobre los medicamentos que pueden desencadenar los síntomas. El proveedor puede sugerir que la persona evite tomar esos medicamentos o que se le administre una dosis más baja. Puede que se necesiten ciertos medicamentos para controlar el dolor que está causando el delirio.

Otros tipos de medicamentos pueden ayudar a calmar a una persona que está agitada o confundida. O pueden ser necesarios medicamentos si la persona muestra desconfianza hacia los demás, tiene miedo o ve cosas que los demás no ven. Estos medicamentos pueden ser necesarios cuando los síntomas:

• Dificultan la realización de un examen médico o la administración de un tratamiento
• Pongan a la persona en peligro o amenacen la seguridad de los demás
• No disminuyen con otros tratamientos

Cuando los síntomas desaparecen, los medicamentos generalmente se suspenden o se administran en dosis más bajas.

Si usted es un familiar o cuidador de alguien que tiene riesgo de delirio, puede tomar medidas para prevenir un episodio. Si cuida de alguien que se está recuperando de un delirio, estas medidas pueden ayudar a mejorar la salud de la persona y prevenir otro episodio.

Para promover buenos hábitos de sueño:

• Proporcionar un entorno tranquilo y silencioso
• Usar iluminación interior que refleje la hora del día
• Ayudar a la persona a mantener un horario regular durante el día
• Fomentar el autocuidado y la actividad durante el día
• Permitir un sueño reparador por la noche

Para ayudar a la persona a mantenerse tranquila y consciente de su entorno:

• Proporcionar un reloj y un calendario y referirse a ellos durante el día
• Comunicarse de forma sencilla sobre cualquier cambio de actividad, como la hora del almuerzo o la hora de acostarse
• Mantener objetos y cuadros familiares y favoritos alrededor, pero evitar un espacio desordenado
• Acercarse a la persona con calma
• Identificarse a sí mismo o a otras personas
• Evitar las discusiones
• Utilizar medidas de confort, como el tacto, si ayudan
• Reducir los niveles de ruido y otras distracciones
• Proporcionar gafas y audífonos

Para ayudar a prevenir problemas médicos:

• Administrar a la persona los medicamentos adecuados a tiempo
• Proporcionar abundantes líquidos y una dieta saludable
• Fomentar la actividad física regular
• Obtener tratamiento inmediato para posibles problemas, como infecciones

Cuidar a una persona con delirio puede ser aterrador y agotador. Cuídese también usted.

• Considere la posibilidad de unirse a un grupo de apoyo para cuidadores.
• Aprenda más sobre la enfermedad.
• Solicite folletos u otros recursos a un proveedor de atención médica, organizaciones sin fines de lucro, servicios de salud comunitarios o agencias gubernamentales.
• Comparta el cuidado con familiares y amigos que sean conocidos de la persona para que pueda descansar.

Si usted es familiar o cuidador de alguien que corre riesgo de delirio, puede tomar medidas para prevenir un episodio. Si cuida de alguien que se está recuperando de un delirio, estas medidas pueden ayudar a mejorar la salud de la persona y prevenir otro episodio. Promover buenos hábitos de sueño Para promover buenos hábitos de sueño: Proporcione un ambiente tranquilo y silencioso Use iluminación interior que refleje la hora del día Ayude a la persona a mantener un horario regular durante el día Fomente el autocuidado y la actividad durante el día Permita un sueño reparador por la noche Promover la calma y la orientación Para ayudar a la persona a mantenerse tranquila y consciente de su entorno: Proporcione un reloj y un calendario y consúltelos durante el día Comuníquese de manera sencilla sobre cualquier cambio de actividad, como la hora del almuerzo o la hora de acostarse Mantenga objetos y cuadros familiares y favoritos alrededor, pero evite un espacio desordenado Acérquese a la persona con calma Identifíquese usted mismo u otras personas Evite las discusiones Use medidas de confort, como el tacto, si ayudan Reduzca los niveles de ruido y otras distracciones Proporcione anteojos y audífonos Prevenir problemas que compliquen Para ayudar a prevenir problemas médicos: Dele a la persona los medicamentos adecuados a tiempo Proporcione abundantes líquidos y una dieta saludable Fomente la actividad física regular Obtenga tratamiento inmediato para problemas potenciales, como infecciones Cuidado del cuidador Cuidar a una persona con delirio puede ser aterrador y agotador. Cuídese también. Considere unirse a un grupo de apoyo para cuidadores. Aprenda más sobre la afección. Solicite folletos u otros recursos a un proveedor de atención médica, organizaciones sin fines de lucro, servicios de salud comunitarios o agencias gubernamentales. Comparta el cuidado con familiares y amigos que le sean familiares a la persona para que pueda descansar. Las organizaciones que pueden proporcionar información útil incluyen la Red de Acción de Cuidadores y el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento.