Verrugas Genitales

Las verrugas genitales son uno de los tipos más comunes de infecciones de transmisión sexual. El virus que causa las verrugas se llama virus del papiloma humano (VPH). Existen varios tipos de VPH, y casi todas las personas sexualmente activas se infectarán con al menos un tipo en algún momento.

Las verrugas genitales afectan los tejidos húmedos del área genital. Pueden parecer pequeños bultos del color de la piel. Los bultos pueden parecerse a una coliflor. A menudo, las verrugas son demasiado pequeñas para ser vistas a simple vista.

Algunas cepas del VPH genital pueden causar verrugas genitales. Otras pueden causar cáncer. Las vacunas pueden ayudar a proteger contra ciertas cepas del VPH genital.

Las verrugas genitales son una infección de transmisión sexual común. Pueden aparecer en los genitales, en el área púbica o en el canal anal. En las mujeres, las verrugas genitales también pueden crecer dentro de la vagina.

Las verrugas genitales pueden crecer en:

• Vulva.
• Paredes de la vagina.
• Área entre la parte externa de los genitales y el ano.
• Canal anal.
• Cérvix.
• Punta o cuerpo del pene.
• Escroto.
• Ano.

Las verrugas genitales también pueden formarse en la boca o la garganta de una persona que ha tenido sexo oral con una persona infectada.

Los síntomas de las verrugas genitales incluyen:

• Pequeñas hinchazones en el área genital que pueden ser del color de la piel o de un color diferente.
• Una forma similar a la coliflor causada por algunas verrugas juntas.
• Picazón o malestar en el área genital.
• Sangrado durante las relaciones sexuales.

Las verrugas genitales pueden ser tan pequeñas y planas que no se pueden ver. Pero rara vez, pueden multiplicarse en grandes grupos en alguien con un sistema inmunitario debilitado.

Consulte a un profesional de la salud si usted o su pareja presentan bultos o verrugas en la zona genital.

El virus del papiloma humano (VPH) causa verrugas. Hay más de 40 cepas de VPH que afectan la zona genital.

Las verrugas genitales casi siempre se contagian a través del contacto sexual. Incluso si sus verrugas son demasiado pequeñas para verlas, podría contagiar la infección a su pareja sexual.

La mayoría de las personas sexualmente activas se infectan con el VPH genital en algún momento. Los factores que pueden aumentar el riesgo de infección incluyen:

• No vacunarse contra el VPH.
• Tener relaciones sexuales sin condón o con más de una pareja.
• Haber tenido otra infección de transmisión sexual.
• Tener relaciones sexuales con una pareja cuyo historial sexual se desconoce.
• Comenzar a tener relaciones sexuales a una edad temprana.
• Tener un sistema inmunitario debilitado, como por ejemplo por el VIH o medicamentos tras un trasplante de órgano.

Una infección por VPH puede provocar problemas de salud como:

• Cáncer. El cáncer de cuello uterino ha estado estrechamente relacionado con la infección genital por VPH. Ciertos tipos de VPH también están relacionados con cánceres de la vulva, el ano, el pene y la boca y la garganta.

  La infección por VPH no siempre provoca cáncer. Pero es importante que las mujeres se hagan pruebas de Papanicolaou con regularidad, que detectan el cáncer de cuello uterino. Las pruebas de Papanicolaou son clave para las personas que han estado infectadas con tipos de VPH de alto riesgo.

• Problemas durante el embarazo. En raras ocasiones durante el embarazo, las verrugas pueden crecer. Esto dificulta la micción. Las verrugas en la pared vaginal pueden dificultar el estiramiento de los tejidos vaginales durante el parto. Las verrugas grandes en la vulva o en la vagina pueden sangrar cuando se estiran durante el parto.

  Muy raramente, un bebé nacido de una persona embarazada con verrugas genitales contrae verrugas en la garganta. Es posible que el bebé necesite cirugía para evitar que se bloquee la vía aérea.

Cáncer. El cáncer de cuello uterino ha estado estrechamente relacionado con la infección genital por VPH. Ciertos tipos de VPH también están relacionados con cánceres de la vulva, el ano, el pene y la boca y la garganta.

La infección por VPH no siempre provoca cáncer. Pero es importante que las mujeres se hagan pruebas de Papanicolaou con regularidad, que detectan el cáncer de cuello uterino. Las pruebas de Papanicolaou son clave para las personas que han estado infectadas con tipos de VPH de alto riesgo.

Problemas durante el embarazo. En raras ocasiones durante el embarazo, las verrugas pueden crecer. Esto dificulta la micción. Las verrugas en la pared vaginal pueden dificultar el estiramiento de los tejidos vaginales durante el parto. Las verrugas grandes en la vulva o en la vagina pueden sangrar cuando se estiran durante el parto.

Muy raramente, un bebé nacido de una persona embarazada con verrugas genitales contrae verrugas en la garganta. Es posible que el bebé necesite cirugía para evitar que se bloquee la vía aérea.

Vacúnese contra el VPH para ayudar a prevenir las verrugas genitales. Y si tiene relaciones sexuales, limite el número de parejas. Lo más seguro es tener relaciones sexuales con una sola pareja que solo tenga relaciones sexuales con usted. También es una buena idea usar un condón cada vez que tenga relaciones sexuales. Pero esto no lo protegerá completamente de las verrugas genitales. Esto se debe a que el VPH puede infectar partes del cuerpo que el condón no cubre. En los Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan la vacunación sistemática contra el VPH para niñas y niños de 11 y 12 años. Pero la vacuna se puede administrar a partir de los 9 años. Es ideal que los niños reciban la vacuna antes de tener contacto sexual. La mayoría de las veces, los efectos secundarios de las vacunas son leves. Incluyen dolor en el lugar de la inyección, dolores de cabeza, fiebre leve o síntomas similares a los de la gripe. Los CDC ahora recomiendan que todos los niños de 11 y 12 años reciban dos dosis de la vacuna contra el VPH con 6 a 12 meses de diferencia. El organismo solía recomendar un esquema de tres dosis. Los niños más pequeños de 9 y 10 años y los adolescentes de 13 y 14 años también pueden recibir dos dosis de la vacuna. Las investigaciones han demostrado que dos dosis funcionan para niños menores de 15 años. Los adolescentes y adultos jóvenes que comienzan la serie de vacunas más tarde, entre los 15 y los 26 años, deben recibir tres dosis. Los CDC recomiendan que la segunda dosis se administre de 1 a 2 meses después de la primera. La tercera dosis debe administrarse 6 meses después de la primera. Los CDC ahora recomiendan vacunas de refuerzo contra el VPH para todas las personas menores de 26 años que no estén completamente vacunadas. La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. aprobó el uso de la vacuna contra el VPH Gardasil 9 para hombres y mujeres de 9 a 45 años. Si tiene entre 27 y 45 años, consulte a su equipo de atención médica sobre sus riesgos para decidir si debe vacunarse contra el VPH. Se ofrecen otras vacunas contra el VPH fuera de los Estados Unidos. Hable con su equipo de atención médica sobre cuándo vacunarse y cuántas dosis necesita.

Los profesionales de la salud a menudo pueden encontrar verrugas genitales durante un examen físico. A veces, es necesario extirpar un pequeño fragmento de tejido y examinarlo en un laboratorio. Esto se llama biopsia.

Durante una prueba de Papanicolaou, un instrumento llamado espéculo mantiene separadas las paredes vaginales. Se toma una muestra de células del cuello uterino utilizando un cepillo suave y un instrumento de raspado plano llamado espátula (1 y 2). Las células se colocan en un frasco que contiene una solución para preservarlas (3). Más tarde, las células se examinan al microscopio.

Para las mujeres, es importante hacerse pruebas de Papanicolaou con regularidad. Estas pruebas pueden ayudar a detectar cambios en la vagina y el cuello uterino causados por verrugas genitales. También pueden detectar los signos tempranos de cáncer de cuello uterino.

Durante una prueba de Papanicolaou, un dispositivo llamado espéculo mantiene abierta la vagina. Luego, el profesional de la salud puede ver el pasaje entre la vagina y el útero, llamado cuello uterino. Un instrumento de mango largo recoge una pequeña muestra de células del cuello uterino. Las células se examinan con un microscopio para detectar cambios irregulares.

Solo algunos tipos de VPH genital se han relacionado con el cáncer de cuello uterino. Una muestra de células cervicales, tomada durante una prueba de Papanicolaou, se puede analizar para detectar estas cepas de VPH que causan cáncer.

Con mayor frecuencia, esta prueba se realiza a mujeres de 30 años o más. No es tan útil para las mujeres más jóvenes. Esto se debe a que, para ellas, el VPH generalmente desaparece sin tratamiento.