Legionelosis

La legionelosis es una forma grave de neumonía, una inflamación de los pulmones generalmente causada por una infección. Es causada por una bacteria conocida como legionella.

La mayoría de las personas contraen la legionelosis al inhalar la bacteria del agua o del suelo. Las personas mayores, los fumadores y las personas con sistemas inmunitarios debilitados son particularmente susceptibles a la legionelosis.

La bacteria legionella también causa la fiebre de Pontiac, una enfermedad más leve similar a la gripe. La fiebre de Pontiac generalmente desaparece por sí sola, pero la legionelosis no tratada puede ser mortal. Aunque el tratamiento oportuno con antibióticos generalmente cura la legionelosis, algunas personas continúan teniendo problemas después del tratamiento.

La legionelosis generalmente se desarrolla entre dos y diez días después de la exposición a la bacteria legionella. Con frecuencia comienza con los siguientes signos y síntomas:

• Dolor de cabeza
• Dolores musculares
• Fiebre que puede ser de 40 °C (104 °F) o más alta

Para el segundo o tercer día, desarrollará otros signos y síntomas que pueden incluir:

• Tos, que puede producir moco y, a veces, sangre
• Falta de aliento
• Dolor en el pecho
• Síntomas gastrointestinales, como náuseas, vómitos y diarrea
• Confusión u otros cambios mentales

Aunque la legionelosis afecta principalmente a los pulmones, ocasionalmente puede causar infecciones en heridas y en otras partes del cuerpo, incluido el corazón.

Una forma leve de legionelosis, conocida como fiebre de Pontiac, puede producir fiebre, escalofríos, dolor de cabeza y dolores musculares. La fiebre de Pontiac no infecta los pulmones y los síntomas generalmente desaparecen en un plazo de dos a cinco días.

Consulte a su médico si cree que ha estado expuesto a la bacteria legionella. Diagnosticar y tratar la enfermedad del legionario lo antes posible puede ayudar a acortar el período de recuperación y prevenir complicaciones graves. Para las personas con alto riesgo, como los fumadores o los adultos mayores, el tratamiento inmediato es fundamental.

La bacteria Legionella pneumophila es responsable de la mayoría de los casos de enfermedad del legionario. Al aire libre, las bacterias legionella sobreviven en el suelo y el agua, pero rara vez causan infecciones. Sin embargo, las bacterias legionella pueden multiplicarse en sistemas de agua hechos por humanos, como los acondicionadores de aire.

Aunque es posible contraer la enfermedad del legionario a través de la fontanería doméstica, la mayoría de los brotes se han producido en edificios grandes, quizás porque los sistemas complejos permiten que las bacterias crezcan y se propaguen más fácilmente. Además, las unidades de aire acondicionado para el hogar y el automóvil no utilizan agua para la refrigeración.

No todas las personas expuestas a la bacteria legionella enferman. Es más probable que desarrolle la infección si:

• Fuma. Fumar daña los pulmones, haciéndolo más susceptible a todo tipo de infecciones pulmonares.
• Tiene un sistema inmunitario debilitado. Esto puede ser el resultado del virus de inmunodeficiencia humana (VIH)/síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) o ciertos medicamentos, especialmente corticosteroides y fármacos tomados para prevenir el rechazo de órganos después de un trasplante.
• Tiene una enfermedad pulmonar crónica u otra afección grave. Esto incluye enfisema, diabetes, enfermedad renal o cáncer.
• Tiene 50 años de edad o más.

La legionelosis puede ser un problema en hospitales y residencias de ancianos, donde los gérmenes pueden propagarse fácilmente y las personas son vulnerables a la infección.

La legionelosis puede provocar una serie de complicaciones potencialmente mortales, entre ellas:

• Insuficiencia respiratoria. Esta se produce cuando los pulmones no pueden proporcionar al cuerpo suficiente oxígeno o no pueden eliminar suficiente dióxido de carbono de la sangre.
• Shock séptico. Esto ocurre cuando una caída repentina y grave de la presión arterial reduce el flujo sanguíneo a los órganos vitales, especialmente a los riñones y al cerebro. El corazón intenta compensar aumentando el volumen de sangre bombeado, pero el esfuerzo adicional debilita finalmente el corazón y reduce aún más el flujo sanguíneo.
• Insuficiencia renal aguda. Esta es la pérdida repentina de la capacidad de los riñones para filtrar los desechos de la sangre. Cuando los riñones fallan, se acumulan en el cuerpo niveles peligrosos de líquidos y desechos.

Si no se trata con prontitud, la legionelosis puede ser mortal.

Los brotes de la enfermedad del legionario son prevenibles, pero la prevención requiere sistemas de gestión del agua en los edificios que garanticen que el agua se controle y limpie con regularidad. Para reducir su riesgo personal, evite fumar.

La legionelosis es similar a otros tipos de neumonía. Para ayudar a identificar rápidamente la presencia de la bacteria legionella, su médico podría usar una prueba que analiza su orina en busca de antígenos de legionella, sustancias extrañas que desencadenan una respuesta del sistema inmunitario. Otras pruebas podrían incluir:

• Análisis de sangre y orina
• Radiografía de tórax, que no confirma la legionelosis pero puede mostrar el alcance de la infección en sus pulmones
• Análisis de una muestra de esputo o tejido pulmonar

La legionelosis se trata con antibióticos. Cuanto antes se comience el tratamiento, menor será la probabilidad de desarrollar complicaciones graves. En muchos casos, el tratamiento requiere hospitalización. La fiebre de Pontiac desaparece por sí sola sin tratamiento y no causa problemas duraderos.