Cáncer De Hígado

Aprenda más con el cirujano hepático Sean Cleary, M.D.

¿Quién lo contrae?

La mayoría de los cánceres de hígado se producen en personas con una enfermedad hepática subyacente. Pero a veces, el cáncer de hígado aparece en personas sin enfermedad hepática subyacente y no está exactamente claro por qué. La enfermedad hepática puede causar inflamación prolongada en el hígado y acumular mutaciones que pueden provocar cáncer. Uno de los grandes problemas es que muchas personas pueden tener una enfermedad hepática y no ser conscientes de ella hasta que su hígado esté bastante dañado o se forme un cáncer. Estas son algunas cosas que sabemos que aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de hígado: Si tiene infecciones crónicas de hepatitis B o C, cirrosis, ciertas enfermedades hepáticas hereditarias como la hemocromatosis y la enfermedad de Wilson, diabetes, enfermedad grasa no alcohólica del hígado o exposición a aflatoxinas, tiene una mayor probabilidad de desarrollar cáncer de hígado. El consumo excesivo de alcohol durante muchos años también puede provocar daño hepático irreversible y provocar cáncer de hígado.

¿Cuáles son los síntomas?

La mayoría de las personas no presentan signos ni síntomas en las primeras etapas del cáncer de hígado primario. Cuando aparecen signos y síntomas, pueden incluir pérdida de peso involuntaria, pérdida de apetito, dolor en la parte superior del abdomen, náuseas y vómitos, debilidad y fatiga general, hinchazón abdominal, ictericia (donde los ojos y la piel se vuelven amarillos) y heces blancas y calcáreas. Otros síntomas pueden incluir fiebre, venas agrandadas en el abdomen que se pueden ver a través de la piel y hematomas o hemorragias anormales. Los programas de detección mediante ultrasonido son muy eficaces para detectar el cáncer de hígado antes de que aparezcan los síntomas. Y animamos a todas las personas con problemas hepáticos conocidos a que hablen con su médico sobre si la detección es adecuada para ellas.

¿Cómo se diagnostica?

Las pruebas y los procedimientos utilizados para diagnosticar el cáncer de hígado incluyen análisis de sangre. Estos pueden revelar anomalías en la función hepática. Pruebas de imagen como ultrasonido, TC y RM. Y si le diagnostican la enfermedad, el siguiente paso es determinar la extensión del cáncer de hígado o la etapa. Su médico le pedirá entonces pruebas de estadificación para ayudar a determinar el tamaño y la ubicación del cáncer y si se ha diseminado. Las pruebas de imagen utilizadas para estadificar el cáncer de hígado incluyen tomografías computarizadas, resonancias magnéticas y gammagrafías óseas. Existen diferentes métodos para estadificar el cáncer de hígado. Por ejemplo, un método utiliza números romanos del uno al cuatro, y otro utiliza letras de la A a la D. Su médico evalúa la etapa de su cáncer para determinar sus opciones de tratamiento y su pronóstico.

¿Cómo se trata?

Hay varias maneras en que su médico puede ayudarle a desarrollar una estrategia para combatir el cáncer de hígado. Se puede programar una cirugía para extirpar el tumor o extirpar todo el hígado para realizar un trasplante de hígado. Su tratamiento puede incluir radioterapia, que utiliza energía de alta potencia de fuentes como rayos X y protones para destruir las células cancerosas y reducir los tumores. Los médicos dirigen cuidadosamente la energía al hígado mientras protegen el tejido sano circundante. La quimioterapia es un tratamiento común y consiste en el uso de sustancias químicas potentes para combatir y, con suerte, destruir el cáncer. La terapia farmacológica dirigida se centra en anomalías específicas presentes en las células cancerosas. Al bloquear estas anomalías, los tratamientos farmacológicos dirigidos pueden provocar la muerte de las células cancerosas.

¿Qué sigue?

El cáncer de hígado comienza en las células del hígado. El tipo más común de cáncer de hígado comienza en las células llamadas hepatocitos y se llama carcinoma hepatocelular.

El cáncer de hígado es un cáncer que comienza en las células del hígado. El hígado es un órgano del tamaño de un balón de fútbol americano que se encuentra en la parte superior derecha del abdomen, debajo del diafragma y encima del estómago.

Varios tipos de cáncer pueden formarse en el hígado. El tipo más común de cáncer de hígado es el carcinoma hepatocelular, que comienza en el tipo principal de célula hepática (hepatocito). Otros tipos de cáncer de hígado, como el colangiocarcinoma intrahepático y el hepatoblastoma, son mucho menos comunes.

El cáncer que se disemina al hígado es más común que el cáncer que comienza en las células del hígado. El cáncer que comienza en otra área del cuerpo, como el colon, el pulmón o la mama, y luego se disemina al hígado se llama cáncer metastásico en lugar de cáncer de hígado. Este tipo de cáncer recibe el nombre del órgano en el que comenzó, como cáncer de colon metastásico, para describir el cáncer que comienza en el colon y se disemina al hígado.

El hígado es el órgano interno más grande del cuerpo. Tiene aproximadamente el tamaño de un balón de fútbol americano. Se encuentra principalmente en la parte superior derecha del área del estómago, por encima del estómago.

La mayoría de las personas no presentan signos ni síntomas en las primeras etapas del cáncer de hígado primario. Cuando aparecen signos y síntomas, pueden incluir:

• Pérdida de peso sin intentarlo
• Pérdida de apetito
• Dolor en la parte superior del abdomen
• Náuseas y vómitos
• Debilidad general y fatiga
• Hinchazón abdominal
• Coloración amarillenta de la piel y el blanco de los ojos (ictericia)
• Heces blancas y pastosas

Pida una cita con su médico si experimenta algún signo o síntoma que le preocupe.

El cáncer de hígado ocurre cuando las células del hígado desarrollan cambios (mutaciones) en su ADN. El ADN de una célula es el material que proporciona instrucciones para cada proceso químico en su cuerpo. Las mutaciones del ADN causan cambios en estas instrucciones. Un resultado es que las células pueden comenzar a crecer fuera de control y eventualmente formar un tumor, una masa de células cancerosas.

A veces se conoce la causa del cáncer de hígado, como en el caso de las infecciones crónicas por hepatitis. Pero a veces el cáncer de hígado ocurre en personas sin enfermedades subyacentes y no está claro qué lo causa.

Los factores que aumentan el riesgo de cáncer de hígado primario incluyen:

Infección crónica por VHB o VHC. La infección crónica por el virus de la hepatitis B (VHB) o el virus de la hepatitis C (VHC) aumenta el riesgo de cáncer de hígado.

Cirrosis. Esta afección progresiva e irreversible provoca la formación de tejido cicatricial en el hígado y aumenta las probabilidades de desarrollar cáncer de hígado.

Determinadas enfermedades hepáticas hereditarias. Las enfermedades hepáticas que pueden aumentar el riesgo de cáncer de hígado incluyen la hemocromatosis y la enfermedad de Wilson.

Diabetes. Las personas con este trastorno del azúcar en sangre tienen un mayor riesgo de cáncer de hígado que las que no tienen diabetes.

Esteatohepatitis no alcohólica. La acumulación de grasa en el hígado aumenta el riesgo de cáncer de hígado.

Exposición a aflatoxinas. Las aflatoxinas son venenos producidos por mohos que crecen en cultivos almacenados en malas condiciones. Los cultivos, como los cereales y los frutos secos, pueden contaminarse con aflatoxinas, que pueden acabar en los alimentos elaborados con estos productos.

Consumo excesivo de alcohol. Consumir más de una cantidad moderada de alcohol diariamente durante muchos años puede provocar daños hepáticos irreversibles y aumentar el riesgo de cáncer de hígado.

La cirrosis es la cicatrización del hígado y aumenta el riesgo de cáncer de hígado. Puede reducir su riesgo de cirrosis si:

• Bebe alcohol con moderación, o nada en absoluto. Si elige beber alcohol, limite la cantidad que bebe. Para las mujeres, esto significa no más de una bebida al día. Para los hombres, esto significa no más de dos bebidas al día.
• Mantenga un peso saludable. Si su peso actual es saludable, trabaje para mantenerlo eligiendo una dieta saludable y haciendo ejercicio la mayoría de los días de la semana. Si necesita bajar de peso, reduzca la cantidad de calorías que consume cada día y aumente la cantidad de ejercicio que realiza. Intente bajar de peso lentamente: 0,5 a 1 kilogramo por semana. Puede reducir su riesgo de hepatitis B al recibir la vacuna contra la hepatitis B. La vacuna se puede administrar a casi cualquier persona, incluidos bebés, adultos mayores y personas con sistemas inmunitarios comprometidos. No existe una vacuna contra la hepatitis C, pero puede reducir su riesgo de infección.
• Conozca el estado de salud de cualquier pareja sexual. No tenga relaciones sexuales sin protección a menos que esté seguro de que su pareja no está infectada con VHB, VHC u otra infección de transmisión sexual. Si no conoce el estado de salud de su pareja, use un condón cada vez que tenga relaciones sexuales.
• No use drogas intravenosas (IV), pero si lo hace, use una aguja limpia. Reduzca su riesgo de VHC al no inyectarse drogas ilegales. Pero si esa no es una opción para usted, asegúrese de que cualquier aguja que use sea estéril y no la comparta. Los instrumentos para el consumo de drogas contaminados son una causa común de infección por hepatitis C. Aproveche los programas de intercambio de agujas en su comunidad y considere buscar ayuda para su consumo de drogas.
• Busque establecimientos seguros y limpios cuando se haga un piercing o un tatuaje. Las agujas que pueden no estar debidamente esterilizadas pueden propagar el virus de la hepatitis C. Antes de hacerse un piercing o un tatuaje, revise los establecimientos de su área y pregunte al personal sobre sus prácticas de seguridad. Si los empleados de un establecimiento se niegan a responder sus preguntas o no se toman en serio sus preguntas, tómelo como una señal de que el establecimiento no es adecuado para usted. Hay tratamientos disponibles para las infecciones por hepatitis B y hepatitis C. Las investigaciones muestran que el tratamiento puede reducir el riesgo de cáncer de hígado. Para la población general, no se ha demostrado que la detección del cáncer de hígado reduzca el riesgo de morir de cáncer de hígado, y generalmente no se recomienda. Las personas con afecciones que aumentan el riesgo de cáncer de hígado podrían considerar la detección, como las personas que tienen:
• Infección por hepatitis B
• Infección por hepatitis C
• Cirrosis hepática Analice los pros y los contras de la detección con su médico. Juntos pueden decidir si la detección es adecuada para usted en función de su riesgo. La detección generalmente implica un análisis de sangre y una ecografía abdominal cada seis meses.

El cirujano hepático Sean Cleary, MD, responde a las preguntas más frecuentes sobre el cáncer de hígado.

Después de recibir el diagnóstico, ¿cómo debo elegir un equipo de atención?

Cuando piense en elegir un centro para el tratamiento del cáncer de hígado, debe pensar en un centro que trate muchos casos de cáncer de hígado y que cuente con todos los miembros de un equipo necesarios para tratar su enfermedad. Esto puede incluir hepatólogos o médicos hepáticos, cirujanos hepáticos y cirujanos de trasplantes, y oncólogos médicos y radioterapeutas.

¿Cómo puedo ser el mejor colaborador de mi equipo médico?

Una de las mejores maneras de colaborar con su equipo de atención es participar activamente. Haga preguntas. Pregúnteles sobre las opciones de tratamiento disponibles. Analice los pros y los contras y los beneficios de cualquier tratamiento propuesto. Y juntos tomen una decisión sobre qué es lo mejor para usted. Estar informado marca la diferencia.

¿Cómo afectará mi diagnóstico a mi dieta y estilo de vida?

Una vez que le hayan diagnosticado cáncer de hígado, queremos intentar evitar cosas que puedan dañar aún más el hígado. Y estas pueden incluir el alcohol y el tabaco. De lo contrario, queremos intentar estar lo más saludables posible manteniendo una dieta saludable y haciendo ejercicio regularmente.

¿Necesito una biopsia?

El cáncer de hígado es uno de los cánceres en los que es posible que no necesitemos una biopsia para tomar decisiones sobre su atención. A veces, el cáncer de hígado se puede diagnosticar de forma fiable mediante estudios de imagen, como tomografías computarizadas o resonancias magnéticas. Es importante hablar con su médico y su equipo médico para determinar si es necesaria una biopsia como parte de su plan de atención.

¿Son apropiadas la quimioterapia o la inmunoterapia para mí?

Hemos tenido muchos avances emocionantes en el campo de la quimioterapia y la inmunoterapia para el cáncer de hígado. Es importante hablar con su médico y su equipo médico para determinar si la quimioterapia o la inmunoterapia podrían ser adecuadas como parte de su plan de tratamiento. Gracias por su tiempo. Y le deseamos lo mejor.

Una biopsia de hígado es un procedimiento para extraer una pequeña muestra de tejido hepático para realizar pruebas de laboratorio. Una biopsia de hígado se realiza comúnmente insertando una aguja fina a través de la piel y hasta el hígado.

Las pruebas y los procedimientos utilizados para diagnosticar el cáncer de hígado incluyen:

• Análisis de sangre. Los análisis de sangre pueden revelar anomalías en la función hepática.
• Pruebas de imagen. Su médico puede recomendar pruebas de imagen, como una ecografía, una tomografía computarizada y una resonancia magnética.

Extracción de una muestra de tejido hepático para análisis. A veces es necesario extraer un fragmento de tejido hepático para realizar pruebas de laboratorio con el fin de realizar un diagnóstico definitivo de cáncer de hígado.

Durante una biopsia de hígado, su médico inserta una aguja fina a través de su piel y hasta su hígado para obtener una muestra de tejido. En el laboratorio, los médicos examinan el tejido bajo un microscopio para buscar células cancerosas. La biopsia de hígado conlleva un riesgo de hemorragia, hematomas e infección.

Una vez que se diagnostica el cáncer de hígado, su médico trabajará para determinar la extensión (estadio) del cáncer. Las pruebas de estadificación ayudan a determinar el tamaño y la ubicación del cáncer y si se ha diseminado. Las pruebas de imagen utilizadas para estadificar el cáncer de hígado incluyen tomografías computarizadas, resonancias magnéticas y gammagrafías óseas.

Existen diferentes métodos para estadificar el cáncer de hígado. Por ejemplo, un método utiliza los números romanos del I al IV, y otro utiliza las letras de la A a la D. Su médico utiliza el estadio de su cáncer para determinar sus opciones de tratamiento y su pronóstico.