Obesidad
Descripción general
La obesidad es una enfermedad compleja que implica tener demasiado tejido adiposo. La obesidad no es solo una preocupación estética. Es un problema médico que aumenta el riesgo de muchas otras enfermedades y problemas de salud. Estos pueden incluir enfermedades cardíacas, diabetes, presión arterial alta, colesterol alto, enfermedad hepática, apnea del sueño y ciertos tipos de cáncer. Hay muchas razones por las que algunas personas tienen problemas para perder peso. A menudo, la obesidad es el resultado de factores hereditarios, fisiológicos y ambientales, combinados con las elecciones de dieta, actividad física y ejercicio. La buena noticia es que incluso una pérdida de peso moderada puede mejorar o prevenir los problemas de salud asociados con la obesidad. Una dieta más saludable, un aumento de la actividad física y los cambios de comportamiento pueden ayudarlo a perder peso. Los medicamentos recetados y los procedimientos para bajar de peso son otras opciones para tratar la obesidad.
Síntomas
El índice de masa corporal, conocido como IMC, se utiliza a menudo para diagnosticar la obesidad. Para calcular el IMC, multiplique el peso en libras por 703, divida por la altura en pulgadas y luego divida nuevamente por la altura en pulgadas. O divida el peso en kilogramos por la altura en metros al cuadrado. Hay varias calculadoras en línea disponibles que ayudan a calcular el IMC. Ver calculadora de IMC Los asiáticos con un IMC de 23 o más pueden tener un mayor riesgo de problemas de salud. Para la mayoría de las personas, el IMC proporciona una estimación razonable de la grasa corporal. Sin embargo, el IMC no mide directamente la grasa corporal. Algunas personas, como los atletas musculosos, pueden tener un IMC en la categoría de obesidad aunque no tengan exceso de grasa corporal. Muchos profesionales de la salud también miden alrededor de la cintura de una persona para ayudar a guiar las decisiones de tratamiento. Esta medida se llama circunferencia de la cintura. Los problemas de salud relacionados con el peso son más comunes en hombres con una circunferencia de cintura de más de 40 pulgadas (102 centímetros). Son más comunes en mujeres con una medida de cintura de más de 35 pulgadas (89 centímetros). El porcentaje de grasa corporal es otra medida que puede usarse durante un programa de pérdida de peso para rastrear el progreso. Si está preocupado por su peso o por problemas de salud relacionados con el peso, consulte a su profesional de la salud sobre el manejo de la obesidad. Usted y su equipo de atención médica pueden evaluar sus riesgos de salud y discutir sus opciones de pérdida de peso.
Cuándo consultar al médico
Si le preocupa su peso o los problemas de salud relacionados con el peso, consulte a su profesional de la salud sobre el control de la obesidad. Usted y su equipo de atención médica pueden evaluar sus riesgos para la salud y analizar sus opciones para perder peso.
Causas
Aunque existen influencias genéticas, conductuales, metabólicas y hormonales en el peso corporal, la obesidad ocurre cuando se ingieren más calorías de las que se queman a través de las actividades diarias típicas y el ejercicio. Su cuerpo almacena estas calorías adicionales como grasa. En los Estados Unidos, la dieta de la mayoría de las personas es demasiado alta en calorías, a menudo provenientes de comida rápida y bebidas altas en calorías. Las personas con obesidad pueden comer más calorías antes de sentirse satisfechas, sentir hambre más pronto o comer más debido al estrés o la ansiedad. Muchas personas que viven en países occidentales ahora tienen trabajos que son mucho menos exigentes físicamente, por lo que no tienden a quemar tantas calorías en el trabajo. Incluso las actividades diarias utilizan menos calorías, gracias a comodidades como los controles remotos, las escaleras mecánicas, las compras en línea y los restaurantes y bancos con servicio de autoatención.
Factores de riesgo
La obesidad a menudo es el resultado de una combinación de causas y factores contribuyentes:
La obesidad tiende a ser hereditaria. Esto no se debe solo a los genes que comparten los miembros de una familia. También tienden a compartir hábitos alimenticios y de actividad similares.
- Dieta poco saludable. Una dieta alta en calorías, baja en frutas y verduras, llena de comida rápida y con muchas bebidas altas en calorías y porciones excesivas contribuye al aumento de peso.
- Calorías líquidas. Las personas pueden consumir muchas calorías sin sentirse satisfechas, especialmente las calorías del alcohol. Otras bebidas altas en calorías, como los refrescos azucarados, pueden contribuir al aumento de peso.
- Inactividad. Si tiene un estilo de vida sedentario, puede consumir fácilmente más calorías cada día de las que quema a través del ejercicio y las actividades diarias rutinarias. Mirar las pantallas de computadoras, tabletas y teléfonos es una actividad inactiva. El número de horas que se pasan frente a una pantalla está altamente asociado con el aumento de peso.
En algunas personas, la obesidad puede atribuirse a una causa médica, como hipotiroidismo, síndrome de Cushing, síndrome de Prader-Willi y otras afecciones. Los problemas médicos, como la artritis, también pueden provocar una disminución de la actividad, lo que puede provocar un aumento de peso.
Los factores sociales y económicos están relacionados con la obesidad. Es difícil evitar la obesidad si no se dispone de zonas seguras para caminar o hacer ejercicio. Es posible que no haya aprendido formas saludables de cocinar. O puede que no tenga acceso a alimentos más saludables. Además, las personas con las que pasa tiempo pueden influir en su peso. Es más probable que desarrolle obesidad si tiene amigos o familiares con obesidad.
La obesidad puede ocurrir a cualquier edad, incluso en niños pequeños. Pero a medida que envejece, los cambios hormonales y un estilo de vida menos activo aumentan el riesgo de obesidad. La cantidad de músculo en su cuerpo también tiende a disminuir con la edad. Una menor masa muscular a menudo conduce a una disminución del metabolismo. Estos cambios también reducen las necesidades calóricas y pueden dificultar la pérdida de peso excesivo. Si no controla conscientemente lo que come y se vuelve más activo físicamente a medida que envejece, es probable que aumente de peso.
- Embarazo. El aumento de peso es común durante el embarazo. A algunas mujeres les resulta difícil perder este peso después del nacimiento del bebé. Este aumento de peso puede contribuir al desarrollo de la obesidad en las mujeres.
- Dejar de fumar. Dejar de fumar a menudo se asocia con el aumento de peso. Y para algunos, puede provocar un aumento de peso suficiente como para calificarlo como obesidad. A menudo, esto sucede cuando las personas usan la comida para sobrellevar la abstinencia del tabaco. Pero, en general, dejar de fumar sigue siendo un beneficio mayor para la salud que continuar fumando. Su equipo de atención médica puede ayudarlo a prevenir el aumento de peso después de dejar de fumar.
- Falta de sueño. No dormir lo suficiente puede provocar cambios hormonales que aumentan el apetito. También puede ocurrir si se duerme demasiado. También puede desear alimentos ricos en calorías y carbohidratos, lo que puede contribuir al aumento de peso.
- Estrés. Muchos factores externos que afectan el estado de ánimo y el bienestar pueden contribuir a la obesidad. Las personas a menudo buscan más alimentos ricos en calorías durante situaciones estresantes.
- Microbioma. La composición de las bacterias intestinales se ve afectada por lo que come y puede contribuir al aumento de peso o a la dificultad para perder peso.
Incluso si tiene uno o más de estos factores de riesgo, no significa que esté destinado a desarrollar obesidad. Puede contrarrestar la mayoría de los factores de riesgo a través de la dieta, la actividad física y el ejercicio. Los cambios de comportamiento, los medicamentos y los procedimientos para la obesidad también pueden ayudar.
Complicaciones
Las personas con obesidad tienen más probabilidades de desarrollar una serie de problemas de salud potencialmente graves, que incluyen:
- Diabetes tipo 2. La obesidad puede afectar la forma en que el cuerpo usa la insulina para controlar los niveles de azúcar en la sangre. Esto aumenta el riesgo de resistencia a la insulina y diabetes.
- Ciertos tipos de cáncer. La obesidad puede aumentar el riesgo de cáncer de útero, cuello uterino, endometrio, ovario, mama, colon, recto, esófago, hígado, vesícula biliar, páncreas, riñón y próstata.
- Problemas digestivos. La obesidad aumenta la probabilidad de desarrollar acidez estomacal, enfermedad de la vesícula biliar y problemas hepáticos.
- Apnea del sueño. Las personas con obesidad tienen más probabilidades de tener apnea del sueño, un trastorno potencialmente grave en el que la respiración se detiene y comienza repetidamente durante el sueño.
- Osteoartritis. La obesidad aumenta la tensión en las articulaciones de soporte de peso. También promueve la inflamación, que incluye hinchazón, dolor y una sensación de calor dentro del cuerpo. Estos factores pueden provocar complicaciones como la osteoartritis.
- Enfermedad del hígado graso. La obesidad aumenta el riesgo de enfermedad del hígado graso, una afección que ocurre debido al depósito excesivo de grasa en el hígado. En algunos casos, esto puede provocar daño hepático grave, conocido como cirrosis hepática.
- Síntomas graves de COVID-19. La obesidad aumenta el riesgo de desarrollar síntomas graves si se infecta con el virus que causa la enfermedad por coronavirus 2019, conocida como COVID-19. Las personas que tienen casos graves de COVID-19 pueden necesitar tratamiento en unidades de cuidados intensivos o incluso asistencia mecánica para respirar. La obesidad puede disminuir la calidad de vida en general. Es posible que no pueda realizar actividades físicas que antes disfrutaba. Puede evitar lugares públicos. Las personas con obesidad incluso pueden sufrir discriminación.
Otros problemas relacionados con el peso que pueden afectar su calidad de vida incluyen:
- Discapacidad.
- Vergüenza y culpa.
- Aislamiento social.
- Menor rendimiento laboral.
Diagnóstico
Para diagnosticar la obesidad, su profesional de la salud puede realizar un examen físico y recomendar algunas pruebas.
Estos exámenes y pruebas a menudo incluyen:
- Recopilación de su historial de salud. Su equipo de atención médica puede revisar su historial de peso, sus esfuerzos para perder peso, sus hábitos de actividad física y ejercicio. También puede hablar sobre sus patrones alimenticios y el control del apetito. Su profesional de la salud puede preguntarle sobre otras afecciones que haya tenido, los medicamentos que toma, sus niveles de estrés y otros problemas de salud. También pueden revisar el historial de salud de su familia para ver si es más probable que tenga ciertas afecciones.
- Cálculo de su IMC. Su profesional de la salud verifica su índice de masa corporal, llamado IMC. Un IMC de 30 o más se considera obesidad. Los números superiores a 30 aumentan aún más los riesgos para la salud. Hágase revisar el IMC al menos una vez al año. Esto puede ayudar a identificar sus riesgos generales para la salud y qué tratamientos pueden ser adecuados para usted.
La recopilación de esta información le ayudará a usted y a su equipo de atención médica a elegir el tipo de tratamiento que mejor le funcione.
Tratamiento
El objetivo del tratamiento de la obesidad es alcanzar y mantener un peso saludable. Esto mejora la salud general y reduce el riesgo de desarrollar complicaciones relacionadas con la obesidad.
Es posible que necesite trabajar con un equipo de profesionales de la salud, incluidos un dietista, un consejero conductual o un especialista en obesidad, para ayudarle a comprender y realizar cambios en sus hábitos alimenticios y de actividad.
El primer objetivo del tratamiento suele ser una pérdida de peso moderada, del 5% al 10% de su peso total. Esto significa que si pesa 200 libras (91 kilogramos), necesitaría perder solo entre 10 y 20 libras (4,5 a 9 kilogramos) para que su salud comience a mejorar. Pero cuanto más peso pierda, mayores serán los beneficios.
Todos los programas de pérdida de peso requieren que cambie sus hábitos alimenticios y que se vuelva más activo. Los métodos de tratamiento adecuados para usted dependerán de su peso, su salud general y su voluntad de participar en un plan de pérdida de peso.
Reducir las calorías y practicar hábitos alimenticios más saludables son clave para superar la obesidad. Aunque al principio puede perder peso rápidamente, la pérdida de peso constante a largo plazo se considera la forma más segura de perder peso. También es la mejor manera de mantener el peso a raya de forma permanente.
No existe una dieta de pérdida de peso mejor. Elija una que incluya alimentos saludables que crea que le funcionarán. Los cambios en la dieta para tratar la obesidad incluyen:
- Reducir las calorías. La clave para perder peso es reducir la cantidad de calorías que ingiere. El primer paso es revisar sus hábitos alimenticios y de bebida habituales. Puede ver cuántas calorías consume normalmente y dónde puede reducirlas. Usted y su profesional de la salud pueden decidir cuántas calorías necesita ingerir cada día para perder peso. Una cantidad típica es de 1200 a 1500 calorías para las mujeres y de 1500 a 1800 para los hombres.
- Sentirse lleno con menos. Algunos alimentos, como los postres, los dulces, las grasas y los alimentos procesados, contienen muchas calorías para una porción pequeña. En cambio, las frutas y las verduras proporcionan un tamaño de porción mayor con menos calorías. Al comer porciones más grandes de alimentos que tienen menos calorías, puede reducir los dolores de hambre e ingerir menos calorías. También puede sentirse mejor con respecto a su comida, lo que contribuye a la satisfacción general.
- Tomar decisiones más saludables. Para que su dieta general sea más saludable, coma más alimentos de origen vegetal. Estos incluyen frutas, verduras y cereales integrales. También haga hincapié en las fuentes magras de proteínas, como las judías, las lentejas y la soja, y las carnes magras. Si le gusta el pescado, intente incluirlo dos veces por semana. Limite la sal y el azúcar añadido. Coma pequeñas cantidades de grasas y asegúrese de que procedan de fuentes saludables para el corazón, como el aceite de oliva, el aceite de canola y los aceites de frutos secos.
- Restringir ciertos alimentos. Ciertas dietas limitan la cantidad de un grupo de alimentos en particular, como los alimentos ricos en carbohidratos o con alto contenido en grasa. Pregunte a su profesional de la salud qué planes de dieta son eficaces y cuáles podrían ser útiles para usted. Beber bebidas azucaradas es una forma segura de consumir más calorías de las que pretendía. Limitar estas bebidas o eliminarlas por completo es un buen punto de partida para reducir las calorías.
- Sustitutos de comidas. Estos planes sugieren sustituir una o dos comidas al día por sus productos, como batidos bajos en calorías o barritas de comida, y comer refrigerios saludables. Luego, tiene una tercera comida sana y equilibrada con bajo contenido en grasas y calorías. A corto plazo, este tipo de dieta puede ayudarle a perder peso. Pero es probable que estas dietas no le enseñen a cambiar su estilo de vida en general. Por lo tanto, es posible que deba seguir la dieta si desea mantener su peso.
Desconfíe de las soluciones rápidas. Puede que le tienten las dietas de moda que prometen una pérdida de peso rápida y fácil. Pero la realidad es que no existen alimentos mágicos ni soluciones rápidas. Las dietas de moda pueden ayudar a corto plazo, pero los resultados a largo plazo no parecen ser mejores que los de otras dietas.
Del mismo modo, puede perder peso con una dieta restrictiva, pero es probable que lo recupere cuando deje de hacerla. Para perder peso y mantenerlo, debe adoptar hábitos alimenticios saludables que pueda mantener con el tiempo.
Hacer más actividad física o ejercicio es una parte esencial del tratamiento de la obesidad:
- Ejercicio. Las personas con obesidad deben realizar al menos 150 minutos semanales de actividad física de intensidad moderada. Esto puede ayudar a prevenir un mayor aumento de peso o a mantener la pérdida de una cantidad moderada de peso. Probablemente tendrá que aumentar gradualmente la cantidad de ejercicio a medida que mejore su resistencia y su estado físico.
Un programa de modificación de la conducta puede ayudarle a realizar cambios en su estilo de vida para perder peso y mantenerlo. Los pasos a seguir incluyen observar sus hábitos actuales para averiguar qué factores, tensiones o situaciones pueden haber contribuido a su obesidad.
- Asesoramiento. Hablar con un profesional de la salud mental puede ayudar a abordar los problemas emocionales y conductuales relacionados con la alimentación. La terapia puede ayudarle a comprender por qué come en exceso y a aprender formas saludables de afrontar la ansiedad. También puede aprender a controlar su dieta y su actividad, a comprender los desencadenantes de la alimentación y a afrontar los antojos. El asesoramiento puede ser individual o en grupo.
- Grupos de apoyo. Puede encontrar amistad y comprensión en grupos de apoyo donde otras personas comparten retos similares con la obesidad. Consulte con su equipo de atención médica, los hospitales locales o los programas comerciales de pérdida de peso para encontrar grupos de apoyo en su zona.
Los medicamentos para perder peso están destinados a utilizarse junto con la dieta, el ejercicio y los cambios de comportamiento, no en lugar de ellos. Antes de seleccionar un medicamento para usted, su profesional de la salud tendrá en cuenta su historial médico, así como los posibles efectos secundarios.
Los medicamentos más utilizados aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) para el tratamiento de la obesidad incluyen:
- Bupropion-naltrexona (Contrave).
- Liraglutida (Saxenda).
- Orlistat (Alli, Xenical).
- Fentermina-topiramate (Qsymia).
- Semaglutida (Ozempic, Rybelsus, Wegovy).
Los medicamentos para perder peso pueden no funcionar para todos, y sus efectos pueden disminuir con el tiempo. Cuando deja de tomar un medicamento para perder peso, puede recuperar gran parte o todo el peso que perdió.
Estos tipos de procedimientos no requieren ningún corte, también llamados incisiones, en la piel. Después de que esté bajo anestesia, se insertan tubos y herramientas flexibles a través de la boca y por la garganta hasta el estómago. Los procedimientos comunes incluyen:
- Gastroplastia con manga endoscópica. Este procedimiento consiste en colocar puntos de sutura en el estómago para reducir la cantidad de alimentos y líquidos que el estómago puede contener a la vez. Con el tiempo, comer y beber menos ayuda a la persona promedio a perder peso.
- Balón intragástrico para la pérdida de peso. En este procedimiento, se coloca un pequeño balón en el estómago. Luego, el balón se llena de agua para reducir la cantidad de espacio en el estómago, por lo que se sentirá lleno comiendo menos alimentos. Los balones intragástricos se dejan colocados hasta 6 meses y luego se extraen con un endoscopio. En ese momento, se puede colocar un nuevo balón o no, según el plan que usted y su equipo de atención médica determinen.
También conocida como cirugía bariátrica, la cirugía para perder peso limita la cantidad de alimentos que puede comer. Algunos procedimientos también limitan la cantidad de calorías y nutrientes que puede absorber. Pero esto también puede provocar deficiencias nutricionales y vitamínicas.
Las cirugías comunes para perder peso incluyen:
- Banda gástrica ajustable. En esta cirugía, una banda inflable colocada alrededor del exterior del estómago lo divide en dos bolsas. El cirujano aprieta la banda, como un cinturón, para crear un camino estrecho entre las dos bolsas. La banda impide que la abertura se agrande. La banda suele permanecer colocada de forma permanente.
- Cirugía de derivación gástrica. En la derivación gástrica, también llamada derivación gástrica Roux-en-Y (roo-en-wy), el cirujano crea una pequeña bolsa en la parte superior del estómago. Luego, el intestino delgado se corta a una corta distancia por debajo del estómago principal y se conecta a la nueva bolsa. Los alimentos y los líquidos fluyen directamente de la bolsa a esta parte del intestino, evitando la mayor parte del estómago.
- Manga gástrica. En esta cirugía, se extrae parte del estómago, creando un depósito más pequeño para los alimentos. Es una cirugía menos complicada que la derivación gástrica.
El éxito de la pérdida de peso después de la cirugía depende de su compromiso de realizar cambios de por vida en sus hábitos alimenticios y de ejercicio.
Otros tratamientos para la obesidad incluyen:
- Hidrogeles. Disponibles con receta médica, estas cápsulas comestibles contienen pequeñas partículas que absorben agua y aumentan de tamaño en el estómago, para ayudarle a sentirse lleno. Las cápsulas se toman antes de las comidas y se eliminan a través de los intestinos en forma de heces.
- Bloqueo del nervio vago. Esto implica implantar un dispositivo debajo de la piel en la zona del estómago. El dispositivo envía impulsos eléctricos a un nervio de esa zona, llamado nervio vago abdominal. Este nervio le dice al cerebro cuándo el estómago se siente vacío o lleno.
- Aspirado gástrico. En este procedimiento, se coloca un tubo a través del abdomen hasta el estómago. Una parte del contenido del estómago se drena después de cada comida.