Falta de aliento
Qué es
Pocas sensaciones son tan aterradoras como no poder respirar lo suficiente. La dificultad para respirar —conocida médicamente como disnea— a menudo se describe como una opresión intensa en el pecho, hambre de aire, dificultad para respirar, falta de aliento o una sensación de asfixia. El ejercicio muy vigoroso, las temperaturas extremas, la obesidad y la mayor altitud pueden causar dificultad para respirar en una persona sana. Fuera de estos ejemplos, la dificultad para respirar es probablemente un signo de un problema médico. Si tiene dificultad para respirar sin explicación, especialmente si aparece repentinamente y es grave, consulte a su médico lo antes posible.
Causas
La mayoría de los casos de dificultad respiratoria se deben a afecciones cardíacas o pulmonares. El corazón y los pulmones participan en el transporte de oxígeno a los tejidos y en la eliminación del dióxido de carbono, y los problemas en cualquiera de estos procesos afectan la respiración. La dificultad respiratoria que aparece repentinamente (denominada aguda) tiene un número limitado de causas, entre ellas: Anafilaxia Asma Intoxicación por monóxido de carbono Taponamiento cardíaco (exceso de líquido alrededor del corazón) Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) Enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) Ataque cardíaco Arritmia cardíaca Insuficiencia cardíaca Neumonía (y otras infecciones pulmonares) Neumotórax — colapso pulmonar. Embolia pulmonar Pérdida repentina de sangre Obstrucción de las vías respiratorias superiores (obstrucción en el pasaje respiratorio) En el caso de la dificultad respiratoria que ha durado semanas o más (denominada crónica), la afección se debe con mayor frecuencia a: Asma EPOC Desacondicionamiento Disfunción cardíaca Enfermedad pulmonar intersticial — término general para un gran grupo de afecciones que producen cicatrices en los pulmones. Obesidad Derrame pleural (acumulación de líquido alrededor de los pulmones) Varias otras afecciones de salud también pueden dificultar la obtención de suficiente aire. Estas incluyen: Problemas pulmonares Crupa (especialmente en niños pequeños) Cáncer de pulmón Pleuresía (inflamación de la membrana que rodea los pulmones) Edema pulmonar — exceso de líquido en los pulmones. Fibrosis pulmonar — enfermedad que ocurre cuando el tejido pulmonar se daña y se cicatriza. Hipertensión pulmonar Sarcoidosis (afección en la que se pueden formar pequeñas colecciones de células inflamatorias en cualquier parte del cuerpo) Tuberculosis Problemas cardíacos Cardiomiopatía (problema con el músculo cardíaco) Insuficiencia cardíaca Pericarditis (inflamación del tejido que rodea el corazón) Otros problemas Anemia Trastornos de ansiedad Costillas rotas Atragantamiento: primeros auxilios Epiglotitis Cuerpo extraño inhalado: primeros auxilios Síndrome de Guillain-Barré Cifoescoliosis (deformidad de la pared torácica) Miastenia gravis (afección que causa debilidad muscular) Definición Cuándo consultar a un médico
Cuándo consultar al médico
Busque atención médica de emergencia Llame al 911 o al número de emergencias local o pídale a alguien que lo lleve a la sala de emergencias si experimenta dificultad respiratoria severa que aparece repentinamente y afecta su capacidad para funcionar. Busque atención médica de emergencia si su dificultad respiratoria se acompaña de dolor en el pecho, desmayo, náuseas, un tinte azulado en los labios o las uñas, o un cambio en el estado de alerta mental, ya que estos pueden ser signos de un ataque cardíaco o una embolia pulmonar. Programe una cita con el médico Programe una cita con su médico si su dificultad respiratoria se acompaña de: Hinchazón en los pies y tobillos Dificultad para respirar cuando se acuesta Fiebre alta, escalofríos y tos Sibilancias Empeoramiento de la dificultad respiratoria preexistente Autocuidado Para ayudar a evitar que la dificultad respiratoria crónica empeore: Deje de fumar. Deje de fumar o no empiece. Fumar es la principal causa de la EPOC. Si tiene EPOC, dejar de fumar puede ralentizar la progresión de la enfermedad y prevenir complicaciones. Evite la exposición a contaminantes. En la medida de lo posible, evite respirar alérgenos y toxinas ambientales, como humos químicos o humo de segunda mano. Evite los extremos de temperatura. La actividad en condiciones muy cálidas y húmedas o muy frías puede magnificar la disnea causada por enfermedades pulmonares crónicas. Tenga un plan de acción. Si tiene una afección médica que causa dificultad respiratoria, hable con su médico sobre qué hacer si sus síntomas empeoran. Tenga en cuenta la elevación. Cuando viaje a áreas con mayor altitud, tómese su tiempo para adaptarse y evite el esfuerzo hasta entonces. Haga ejercicio regularmente. El ejercicio puede ayudar a mejorar la condición física y la capacidad para tolerar la actividad. El ejercicio, junto con la pérdida de peso si tiene sobrepeso, puede ayudar a disminuir cualquier contribución a la dificultad respiratoria por des acondicionamiento. Hable con su médico antes de comenzar un programa de ejercicios. Tome sus medicamentos. Omitir los medicamentos para afecciones pulmonares y cardíacas crónicas puede provocar un peor control de la disnea. Revise regularmente su equipo. Si depende del oxígeno suplementario, asegúrese de que su suministro sea adecuado y de que el equipo funcione correctamente. Causas
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