Terapia hormonal feminizante

La terapia hormonal feminizante se usa para producir cambios físicos en el cuerpo que son causados por las hormonas femeninas durante la pubertad. Esos cambios se llaman características sexuales secundarias. Esta terapia hormonal puede ayudar a alinear mejor el cuerpo con la identidad de género de una persona. La terapia hormonal feminizante también se llama terapia hormonal de afirmación de género.

La terapia hormonal feminizante se usa para cambiar los niveles hormonales del cuerpo. Esos cambios hormonales desencadenan cambios físicos que ayudan a alinear mejor el cuerpo con la identidad de género de una persona. En algunos casos, las personas que buscan terapia hormonal feminizante experimentan malestar o angustia porque su identidad de género difiere de su sexo asignado al nacer o de sus características físicas relacionadas con el sexo. Esta condición se llama disforia de género. La terapia hormonal feminizante puede: Mejorar el bienestar psicológico y social. Aliviar la angustia psicológica y emocional relacionada con el género. Mejorar la satisfacción sexual. Mejorar la calidad de vida. Su profesional de la salud podría desaconsejarle la terapia hormonal feminizante si: Tiene un cáncer sensible a las hormonas, como el cáncer de próstata. Tiene problemas de coágulos sanguíneos, como cuando se forma un coágulo de sangre en una vena profunda, una afección llamada trombosis venosa profunda, o hay un bloqueo en una de las arterias pulmonares de los pulmones, llamado embolia pulmonar. Tiene afecciones médicas significativas que no se han tratado. Tiene afecciones de salud conductual que no se han tratado. Tiene una afección que limita su capacidad para dar su consentimiento informado.

Investigaciones han descubierto que la terapia hormonal feminizante puede ser segura y efectiva cuando la administra un profesional de la salud con experiencia en atención a personas transgénero. Hable con un miembro de su equipo de atención médica sobre cualquier pregunta o inquietud que tenga con respecto a los cambios que ocurrirán o no en su cuerpo como resultado de la terapia hormonal feminizante. La terapia hormonal feminizante puede provocar otras afecciones de salud llamadas complicaciones. Las complicaciones de la terapia hormonal feminizante pueden incluir: Coágulos de sangre en una vena profunda o en los pulmones. Accidente cerebrovascular. Problemas cardíacos. Niveles altos de triglicéridos, un tipo de grasa, en la sangre. Niveles altos de potasio en la sangre. Niveles altos de la hormona prolactina en la sangre. Galactorrea. Aumento de peso. Infertilidad. Presión arterial alta. Diabetes tipo 2. La evidencia sugiere que las personas que toman terapia hormonal feminizante pueden tener un mayor riesgo de cáncer de mama en comparación con los hombres cisgénero (hombres cuya identidad de género se alinea con el sexo que se les asignó al nacer). Pero el riesgo no es mayor que el de las mujeres cisgénero (mujeres cuya identidad de género se alinea con el sexo que se les asignó al nacer). Para minimizar el riesgo, el objetivo para las personas que toman terapia hormonal feminizante es mantener los niveles hormonales dentro del rango típico de las mujeres cisgénero.

Antes de comenzar la terapia hormonal feminizante, su profesional de la salud evaluará su salud. Esto ayuda a abordar cualquier condición médica que pueda afectar su tratamiento. La evaluación puede incluir: Una revisión de su historia clínica personal y familiar. Un examen físico. Pruebas de laboratorio. Una revisión de sus vacunas. Pruebas de detección para algunas afecciones y enfermedades. Identificación y manejo, si es necesario, del consumo de tabaco, el consumo de drogas, el trastorno por consumo de alcohol, el VIH u otras infecciones de transmisión sexual. Conversación sobre la congelación de esperma y la fertilidad. También podría tener una evaluación de salud conductual realizada por un profesional de la salud con experiencia en salud transgénero. La evaluación puede incluir: Identidad de género. Disforia de género. Preocupaciones de salud mental. Preocupaciones de salud sexual. El impacto de la identidad de género en el trabajo, en la escuela, en el hogar y en entornos sociales. Comportamientos de riesgo, como el consumo de sustancias o el uso de inyecciones de silicona no aprobadas, terapia hormonal o suplementos. Apoyo de familiares, amigos y cuidadores. Sus objetivos y expectativas del tratamiento. Planificación de la atención y atención de seguimiento. Las personas menores de 18 años, junto con un padre o tutor, deben consultar a un profesional de la salud y a un profesional de la salud conductual con experiencia en salud transgénero pediátrica para hablar sobre los riesgos y beneficios de la terapia hormonal y la transición de género en ese grupo de edad.

Solo debe comenzar la terapia hormonal feminizante después de haber hablado sobre los riesgos y beneficios, así como todas las opciones de tratamiento disponibles, con un profesional de la salud que tenga experiencia en atención a personas transgénero. Asegúrese de comprender qué sucederá y de obtener respuestas a cualquier pregunta que pueda tener antes de comenzar la terapia hormonal. La terapia hormonal feminizante generalmente comienza tomando el medicamento espironolactona (Aldactona). Bloquea los receptores de hormonas sexuales masculinas, también llamados receptores de andrógenos. Esto ralentiza o detiene los cambios en el cuerpo que generalmente ocurren debido a la testosterona. Aproximadamente de 4 a 8 semanas después de comenzar a tomar espironolactona, comienza a tomar estrógeno. Esto reduce la cantidad de testosterona que produce el cuerpo. Y desencadena cambios físicos en el cuerpo que son causados por las hormonas femeninas durante la pubertad. El estrógeno se puede tomar de varias maneras. Incluyen una pastilla y una inyección. También existen varias formas de estrógeno que se aplican a la piel, como una crema, un gel, un aerosol y un parche. Es mejor no tomar estrógeno en forma de pastilla si tiene antecedentes personales o familiares de coágulos de sangre en una vena profunda o en los pulmones, una afección llamada trombosis venosa. Otra opción para la terapia hormonal feminizante es tomar análogos de la hormona liberadora de gonadotropina (Gn-RH). Reducen la cantidad de testosterona que produce el cuerpo y podrían permitirle tomar dosis más bajas de estrógeno sin tomar espironolactona. La desventaja es que los análogos de Gn-RH suelen ser más caros. Después de comenzar la terapia hormonal feminizante, notará los siguientes cambios en su cuerpo con el tiempo: Menos erecciones y disminución de la eyaculación. Esto comienza de 1 a 3 meses después de que comienza el tratamiento. El efecto completo ocurre dentro de los 3 a 6 meses. Menos interés en el sexo. Esto también se llama disminución de la libido. Esto comienza de 1 a 3 meses después de que comienza el tratamiento. El efecto completo ocurre dentro de 1 a 2 años. Pérdida de cabello en el cuero cabelludo más lenta. Esto comienza de 1 a 3 meses después de que comienza el tratamiento. El efecto completo ocurre dentro de 1 a 2 años. Desarrollo de senos. Esto comienza de 3 a 6 meses después de que comienza el tratamiento. El efecto completo ocurre dentro de 2 a 3 años. Piel más suave y menos grasa. Esto comienza de 3 a 6 meses después de que comienza el tratamiento. Ahí es también cuando ocurre el efecto completo. Testículos más pequeños. Esto también se llama atrofia testicular. Esto comienza de 3 a 6 meses después del inicio del tratamiento. El efecto completo ocurre dentro de 2 a 3 años. Menos masa muscular. Esto comienza de 3 a 6 meses después de que comienza el tratamiento. El efecto completo ocurre dentro de 1 a 2 años. Más grasa corporal. Esto comienza de 3 a 6 meses después de que comienza el tratamiento. El efecto completo ocurre dentro de 2 a 5 años. Menos crecimiento del vello facial y corporal. Esto comienza de 6 a 12 meses después de que comienza el tratamiento. El efecto completo ocurre dentro de tres años. Algunos de los cambios físicos causados por la terapia hormonal feminizante se pueden revertir si deja de tomarla. Otros, como el desarrollo de senos, no se pueden revertir.