Inducción del parto

La inducción del parto significa hacer que el útero se contraiga antes de que el parto comience por sí solo. A veces se utiliza para un parto vaginal. La razón principal para inducir el parto es la preocupación por la salud del bebé o la salud de la persona embarazada. Si un profesional de la salud sugiere la inducción del parto, suele ser porque los beneficios son mayores que los riesgos. Si está embarazada, saber por qué y cómo se realiza la inducción del parto puede ayudarla a prepararse.

Para decidir si necesita inducción del parto, un profesional de la salud considera varios factores. Estos incluyen su salud. También incluyen la salud del bebé, la edad gestacional, la estimación del peso, el tamaño y la posición en el útero. Las razones para inducir el parto incluyen: Diabetes. Esta puede ser una diabetes que apareció durante el embarazo, llamada diabetes gestacional, o una diabetes que ya existía antes del embarazo. Si usa medicamentos para su diabetes, se sugiere el parto a las 39 semanas. A veces, el parto puede ser antes si la diabetes no está bien controlada. Presión arterial alta. Una condición médica como enfermedad renal, enfermedad cardíaca u obesidad. Una infección en el útero. Otras razones para la inducción del parto incluyen: Parto que no ha comenzado por sí solo una o dos semanas después de la fecha de parto. A las 42 semanas desde el día del último período, esto se llama embarazo postérmino. Parto que no comienza después de la rotura de aguas. Esto se llama rotura prematura de membranas. Problemas con el bebé, como crecimiento deficiente. Esto se llama restricción del crecimiento fetal. Muy poco líquido amniótico alrededor del bebé. Esto se llama oligohidramnios. Problemas con la placenta, como el desprendimiento de la placenta de la pared interna del útero antes del parto. Esto se llama desprendimiento de placenta. Solicitar la inducción del parto cuando no hay una necesidad médica se llama inducción electiva. Las personas que viven lejos de un hospital o un centro de maternidad pueden desear este tipo de inducción. También lo pueden hacer quienes tienen antecedentes de partos rápidos. Para ellos, programar una inducción electiva puede ayudar a evitar dar a luz sin ayuda médica. Antes de una inducción electiva, un profesional de la salud se asegura de que la edad gestacional del bebé sea de al menos 39 semanas o más. Esto reduce el riesgo de problemas de salud para el bebé. Las personas con embarazos de bajo riesgo pueden optar por la inducción del parto entre las 39 y las 40 semanas. Las investigaciones muestran que inducir el parto durante este tiempo reduce varios riesgos. Los riesgos incluyen tener un parto muerto, tener un bebé grande y tener presión arterial alta durante el embarazo. Es importante que usted y su profesional de la salud compartan la decisión de inducir el parto entre las 39 y las 40 semanas.

La inducción del parto conlleva riesgos, que incluyen: Inducción fallida. Una inducción puede fallar si las maneras adecuadas de inducir no resultan en un parto vaginal después de 24 horas o más. Entonces, podría ser necesaria una cesárea. Frecuencia cardíaca fetal baja. Los medicamentos utilizados para inducir el parto pueden causar demasiadas contracciones o contracciones fuera de lo común. Esto puede disminuir el suministro de oxígeno del bebé y disminuir o cambiar la frecuencia cardíaca del bebé. Infección. Algunos métodos de inducción del parto, como la rotura de membranas, pueden aumentar el riesgo de infección tanto para usted como para su bebé. Rotura uterina. Esta es una complicación rara pero grave. El útero se desgarra a lo largo de la línea de cicatriz de una cesárea anterior o una cirugía mayor en el útero. Si ocurre una rotura uterina, se necesita una cesárea de emergencia para prevenir complicaciones potencialmente mortales. Es posible que sea necesario extirpar el útero. Ese procedimiento se llama histerectomía. Hemorragia posparto. La inducción del parto aumenta el riesgo de que los músculos uterinos no se contraigan como deberían después del parto. Esta afección, llamada atonía uterina, puede provocar una hemorragia grave después del nacimiento de un bebé. La inducción del parto no es para todos. Puede que no sea una opción si: Ha tenido una cesárea con un corte vertical, llamado incisión clásica, o una cirugía mayor en el útero. La placenta está bloqueando el cuello uterino, llamado placenta previa. El cordón umbilical cae en la vagina antes que el bebé, llamado prolapso del cordón umbilical. Su bebé está en posición de nalgas, llamado presentación de nalgas, o está acostado de lado. Tiene una infección activa de herpes genital.