La eliminación de tatuajes es un procedimiento que se realiza para intentar eliminar un tatuaje no deseado. Las técnicas comunes utilizadas para la eliminación de tatuajes incluyen la cirugía láser, la extirpación quirúrgica y la dermoabrasión. La tinta del tatuaje se coloca debajo de la capa superior de la piel. Eso hace que la eliminación del tatuaje sea más complicada —y costosa— que la aplicación original del tatuaje.
Podría considerar la eliminación de un tatuaje si se arrepiente de haberse hecho un tatuaje o si no está satisfecho con su apariencia. Tal vez el tatuaje se haya desvanecido o borrado, o tal vez decida que el tatuaje no encaja con su imagen actual. La eliminación del tatuaje también podría ser importante si desarrolla una reacción alérgica al tatuaje u otras complicaciones, como una infección.
Es probable que queden cicatrices después de la mayoría de los tipos de eliminación de tatuajes. También es posible una infección o decoloración de la piel.
Si está considerando la eliminación de un tatuaje, consulte a un dermatólogo. Él o ella pueden explicarle las opciones para la eliminación de tatuajes y ayudarlo a elegir el método que probablemente sea más efectivo para su tatuaje. Por ejemplo, algunas tintas de tatuaje responden mejor al tratamiento con láser que otras. Del mismo modo, los tatuajes pequeños pueden ser buenos candidatos para la extirpación quirúrgica, mientras que otros son simplemente demasiado grandes para extirparlos con un bisturí.
La eliminación de tatuajes a menudo se realiza como un procedimiento ambulatorio con anestesia local. Las técnicas comunes para la eliminación de tatuajes incluyen la cirugía láser, la extirpación quirúrgica y la dermoabrasión.
Los tatuajes están diseñados para ser permanentes, y la eliminación completa del tatuaje es difícil. Es probable que quede algún grado de cicatrización o variación del color de la piel, independientemente del método específico de eliminación del tatuaje.