Anorgasmia

La anorgasmia es la demora, la infrecuencia o la ausencia de orgasmos —o orgasmos significativamente menos intensos— después de la excitación sexual y la estimulación sexual adecuada. Las mujeres que tienen problemas con los orgasmos y que sienten una angustia significativa por esos problemas pueden recibir un diagnóstico de anorgasmia. Entre todas las mujeres, la frecuencia e intensidad de los orgasmos varían. Además, para cualquier persona, los orgasmos pueden ser diferentes de una vez a otra. El tipo y la cantidad de estimulación necesarios para tener un orgasmo también varían. Múltiples factores pueden provocar anorgasmia. Estos incluyen problemas de relación o de intimidad, factores culturales, afecciones físicas o médicas y medicamentos. Los tratamientos pueden incluir educación sobre la estimulación sexual, dispositivos de mejora sexual, terapia individual o de pareja y medicamentos. Trastorno orgásmico femenino es otro término para el espectro de problemas con los orgasmos. La palabra "anorgasmia" se refiere específicamente a no poder tener un orgasmo, pero también se usa como abreviatura para los trastornos orgásmicos femeninos.

Un orgasmo es una sensación máxima de placer intenso en respuesta a la actividad sexual estimulante. La penetración vaginal durante el sexo estimula indirectamente el clítoris. Pero esto puede no ser suficiente estimulación para el orgasmo. Muchas mujeres también pueden necesitar estimulación manual u oral directa del clítoris para alcanzar el orgasmo. La anorgasmia, o trastorno orgásmico femenino, se define como experimentar cualquiera de estas situaciones de manera significativa: Retraso en el orgasmo. Ausencia de orgasmo. Menos orgasmos. Orgasmos menos intensos. La anorgasmia también puede ser: De por vida, si nunca has tenido un orgasmo. Adquirida, si tienes nuevos problemas para tener orgasmos. Situacional, si tienes problemas con el orgasmo solo en ciertas situaciones, con ciertos tipos de estimulación o con ciertas parejas. Generalizada, si tienes problemas con el orgasmo en cualquier situación. Las mujeres que no siempre alcanzan el orgasmo durante las relaciones sexuales pueden no encontrarlo angustioso. En ese caso, la falta de orgasmo no se considera un trastorno. Hable con su profesional de la salud si tiene alguna inquietud sobre su vida sexual, especialmente si le preocupa su capacidad para tener un orgasmo.

Hable con su profesional de la salud si tiene inquietudes sobre su vida sexual, especialmente si le preocupa su capacidad para tener un orgasmo.

La excitación sexual y los orgasmos son reacciones complejas a diversos factores físicos, emocionales, sensoriales y psicológicos. Las dificultades en cualquiera de estas áreas pueden afectar su capacidad para tener un orgasmo. Las experiencias, comportamientos, antecedentes o bienestar mental pasados pueden contribuir a problemas con los orgasmos. Estos incluyen: Abuso sexual o emocional pasado. Falta de conocimiento sobre la estimulación o las interacciones sexuales. Imagen corporal deficiente. Culpa o vergüenza por el sexo. Creencias culturales o religiosas sobre el sexo. Factores estresantes, como problemas financieros o la pérdida de un ser querido. Afecciones de salud mental, como ansiedad o depresión. Los problemas con su pareja sexual pueden ser factores que contribuyen a los problemas con los orgasmos. Estos pueden incluir: Falta de intimidad emocional. Conflictos no resueltos. Mala comunicación de las necesidades y preferencias sexuales. Infidelidad o violación de la confianza. Violencia de pareja íntima. Disfunción sexual de la pareja, como un compañero masculino con disfunción eréctil. Una amplia gama de enfermedades, cambios físicos y medicamentos pueden interferir con los orgasmos: Afecciones de salud. Afecciones a largo plazo, como diabetes, vejiga hiperactiva o esclerosis múltiple, pueden ser factores contribuyentes o complicados en los trastornos del orgasmo. Tratamientos ginecológicos. El daño tisular causado por cirugías ginecológicas, como la histerectomía o la cirugía oncológica, puede afectar la capacidad de tener un orgasmo. Medicamentos. Muchos medicamentos recetados y de venta libre pueden inhibir el orgasmo, incluidos los medicamentos para la presión arterial, los medicamentos antipsicóticos, los antihistamínicos y los antidepresivos, especialmente los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Alcohol y tabaquismo. El alcohol suprime el sistema nervioso y puede dificultar la capacidad de tener un orgasmo. Fumar puede limitar el flujo sanguíneo a los órganos sexuales, afectando su capacidad para tener un orgasmo. Cambios relacionados con la edad en el cuerpo. Los cambios en el cuerpo después de la menopausia o más adelante en la vida pueden contribuir a diversos tipos de disfunción sexual. Las mujeres que experimentan anorgasmia pueden tener uno o más problemas sexuales relacionados. Estos pueden contribuir o complicar el problema para tener orgasmos. Estas afecciones incluyen: Problemas con la excitación sexual. Poco o ningún deseo sexual. Dolor por el coito u otra estimulación sexual. Sequedad de la vagina o la vulva. Contracción involuntaria de la vagina, llamada vaginismo.