Meningitis

La meningitis es una infección e inflamación del líquido y las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal. Estas membranas se llaman meninges.

La inflamación de la meningitis suele provocar síntomas como dolor de cabeza, fiebre y rigidez en el cuello.

Las infecciones virales son la causa más común de meningitis en los Estados Unidos. Las bacterias, los parásitos y los hongos también pueden causarla. A veces, la meningitis mejora en pocas semanas sin tratamiento. Pero la meningitis también puede causar la muerte. A menudo necesita un tratamiento rápido con antibióticos.

Busque atención médica de inmediato si cree que usted o alguien de su familia tiene meningitis. Para la meningitis causada por bacterias, el tratamiento temprano puede prevenir complicaciones graves.

Los síntomas iniciales de la meningitis pueden parecerse a los de la gripe. Los síntomas pueden aparecer en el transcurso de varias horas o de unos pocos días. Los siguientes pueden ser síntomas de meningitis en personas mayores de 2 años: Fiebre alta repentina. Rigidez en el cuello. Dolor de cabeza intenso. Náuseas o vómitos. Confusión o dificultad para concentrarse. Convulsiones. Somnolencia o dificultad para despertarse. Sensibilidad a la luz. Falta de ganas de comer o beber. Erupción cutánea a veces, como en la meningitis meningocócica. Los siguientes pueden ser síntomas de meningitis en recién nacidos y lactantes: Fiebre alta. Llanto constante. Estar muy somnoliento o irritable. Dificultad para despertarse del sueño. Estar inactivo o lento. No despertarse para comer. Mala alimentación. Vómitos. Una protuberancia en la parte blanda de la cabeza del bebé. Rigidez en el cuerpo y el cuello. Busque atención médica de inmediato si usted o alguien de su familia presenta síntomas de meningitis como: Fiebre. Dolor de cabeza intenso que no desaparece. Confusión. Vómitos. Rigidez en el cuello. La meningitis bacteriana puede causar la muerte en cuestión de días sin un tratamiento antibiótico rápido. El retraso en el tratamiento también aumenta el riesgo de daño cerebral a largo plazo. Hable con su profesional de la salud si ha estado cerca de alguien con meningitis. Puede ser un miembro de la familia o alguien con quien vive o trabaja. Es posible que deba tomar medicamentos para prevenir una infección.

Busque atención médica de inmediato si usted o algún miembro de su familia presenta síntomas de meningitis, tales como:

• Fiebre.
• Dolor de cabeza intenso que no desaparece.
• Confusión.
• Vómitos.
• Rigidez en el cuello. La meningitis bacteriana puede causar la muerte en cuestión de días sin un tratamiento antibiótico rápido. La demora en el tratamiento también aumenta el riesgo de daño cerebral a largo plazo. Hable con su profesional de la salud si ha estado cerca de alguien con meningitis. Puede ser un familiar o alguien con quien vive o trabaja. Es posible que deba tomar medicamentos para prevenir una infección.

La meningitis es una infección e inflamación e irritación, llamada inflamación, del líquido y de las tres membranas que protegen el cerebro y la médula espinal. Las tres membranas se llaman meninges. La membrana externa dura se llama duramadre, y la capa interna delicada es la piamadre.

Las infecciones virales son la causa más común de meningitis en los Estados Unidos, seguidas de infecciones bacterianas y, rara vez, infecciones fúngicas y parasitarias. Debido a que las infecciones bacterianas pueden causar la muerte, es vital encontrar la causa.

Los gérmenes que ingresan al torrente sanguíneo y viajan al cerebro y la médula espinal causan meningitis bacteriana. Pero la meningitis bacteriana también puede ocurrir cuando las bacterias ingresan directamente a las meninges. Esto puede ser causado por una infección del oído o de los senos paranasales o una fractura de cráneo. En raras ocasiones, algunas cirugías pueden causarlo.

Varias cepas de bacterias pueden causar meningitis bacteriana. Las más comunes son:

• Streptococcus pneumoniae. Este germen es la causa más común de meningitis bacteriana en bebés, niños pequeños y adultos en los Estados Unidos. Con más frecuencia causa neumonía o infecciones del oído o de los senos paranasales. Una vacuna puede ayudar a prevenir esta infección.
• Neisseria meningitidis. Este germen causa una meningitis bacteriana llamada meningitis meningocócica. Estos gérmenes con mayor frecuencia causan una infección respiratoria superior. Pero pueden causar meningitis meningocócica cuando ingresan al torrente sanguíneo.

Esta es una infección fácil de contraer que afecta principalmente a adolescentes y adultos jóvenes. Puede causar brotes locales en dormitorios universitarios, internados y bases militares.

Una vacuna puede ayudar a prevenir la infección. Incluso si está vacunado, cualquier persona que haya estado en contacto cercano con una persona con meningitis meningocócica debe recibir un antibiótico oral. Esto puede ayudar a prevenir la enfermedad.

• Haemophilus influenzae. La bacteria Haemophilus influenzae tipo b, también llamada bacteria Hib, alguna vez fue la principal causa de meningitis bacteriana en niños. Pero las nuevas vacunas Hib han reducido en gran medida este tipo de meningitis.
• Listeria monocytogenes. Estas bacterias se pueden encontrar en quesos que no están pasteurizados, salchichas y carnes frías. Las personas embarazadas, los recién nacidos, los adultos mayores y las personas con sistemas inmunitarios debilitados son las que tienen más probabilidades de verse afectadas. Durante el embarazo, la listeria puede cruzar la placenta. Las infecciones al final del embarazo pueden ser fatales para el bebé.

Neisseria meningitidis. Este germen causa una meningitis bacteriana llamada meningitis meningocócica. Estos gérmenes con mayor frecuencia causan una infección respiratoria superior. Pero pueden causar meningitis meningocócica cuando ingresan al torrente sanguíneo.

Esta es una infección fácil de contraer que afecta principalmente a adolescentes y adultos jóvenes. Puede causar brotes locales en dormitorios universitarios, internados y bases militares.

Una vacuna puede ayudar a prevenir la infección. Incluso si está vacunado, cualquier persona que haya estado en contacto cercano con una persona con meningitis meningocócica debe recibir un antibiótico oral. Esto puede ayudar a prevenir la enfermedad.

La meningitis viral suele ser leve y desaparece por sí sola. Un grupo de virus conocidos como enterovirus es la causa más frecuente en los Estados Unidos. Los enterovirus son más comunes a fines del verano y principios del otoño. Los virus como el virus del herpes simple, el VIH, el virus de las paperas, el virus del Nilo Occidental y otros también pueden causar meningitis viral.

La meningitis crónica es una meningitis cuyos síntomas duran al menos cuatro semanas sin interrupción. Hay muchas causas de meningitis crónica. Los síntomas pueden ser similares a los de la meningitis de nueva aparición. Pero aparecen más lentamente y duran más tiempo. Los síntomas pueden incluir dolor de cabeza, fiebre, vómitos y niebla mental.

La meningitis fúngica no es común en los Estados Unidos. Puede actuar como la meningitis bacteriana. Pero los síntomas pueden comenzar más lentamente y aumentar con el tiempo. Inhalar esporas de hongos que se encuentran en el suelo, la madera en descomposición y las heces de aves puede ser la causa.

La meningitis fúngica no se propaga de persona a persona. La meningitis criptocócica es una forma fúngica común de la enfermedad. Afecta a personas con sistemas inmunitarios debilitados, como los que padecen SIDA. Puede causar la muerte si no se trata con un medicamento antifúngico. Incluso con tratamiento, la meningitis fúngica puede reaparecer.

Este tipo de meningitis es una complicación rara de la tuberculosis, también llamada TB. Pero puede ser grave. Al igual que la meningitis fúngica, sus síntomas pueden comenzar lentamente y aumentar en días o semanas. La tuberculosis se transmite fácilmente de persona a persona. La meningitis tuberculosa necesita tratamiento con medicamentos para la TB.

Los parásitos pueden causar un tipo raro de meningitis llamada meningitis eosinofílica. Una infección de tenia en el cerebro o la malaria cerebral también pueden causar meningitis parasitaria. La meningitis amebiana es un tipo raro que a veces proviene de nadar en agua dulce. Puede volverse rápidamente mortal.

Los principales parásitos que causan meningitis con mayor frecuencia infectan animales. Las personas pueden infectarse al comer alimentos que contienen estos parásitos. La meningitis parasitaria no se propaga de persona a persona.

Las causas de la meningitis que no son infecciones incluyen reacciones químicas, medicamentos, alergias, algunos tipos de cáncer y enfermedades como la sarcoidosis.

Los factores de riesgo para la meningitis incluyen:

• No vacunarse. El riesgo aumenta para cualquier persona que no se haya puesto todas las vacunas infantiles o para adultos.
• Edad. La meningitis viral ocurre con mayor frecuencia en niños menores de 5 años. La meningitis bacteriana es común en menores de 20 años.
• Vivir en grupo. Los estudiantes universitarios que viven en residencias, las personas en bases militares y los niños en internados y guarderías tienen un mayor riesgo de meningitis meningocócica. Esto se debe probablemente a que el germen se propaga rápidamente a través de grupos grandes.
• Embarazo. El embarazo aumenta el riesgo de infección por la bacteria listeria, que también puede causar meningitis. La infección aumenta el riesgo de aborto espontáneo, muerte fetal y parto prematuro.
• Sistema inmunitario debilitado. El SIDA, el trastorno por consumo de alcohol, la diabetes, los medicamentos que reducen el sistema inmunitario y otros factores que afectan el sistema inmunitario aumentan el riesgo de meningitis. La extirpación del bazo también aumenta el riesgo. Para las personas sin bazo, una vacuna puede reducir el riesgo.

Las complicaciones de la meningitis pueden ser graves. Cuanto más tiempo una persona tenga la enfermedad sin tratamiento, mayor será el riesgo de convulsiones y daño neurológico a largo plazo. El daño puede incluir:

• Pérdida de audición.
• Problemas de visión.
• Problemas de memoria.
• Discapacidades de aprendizaje.
• Daño cerebral.
• Problemas para caminar.
• Convulsiones.
• Insuficiencia renal.
• Shock.
• Muerte.

Los gérmenes comunes que pueden causar meningitis se pueden propagar a través de la tos, los estornudos o los besos. Los gérmenes también se pueden propagar mediante el uso compartido de utensilios para comer, cepillos de dientes o cigarrillos. Estos pasos pueden ayudar a prevenir la meningitis:

• Lávese las manos. Lavarse las manos cuidadosamente ayuda a prevenir la propagación de gérmenes. Enseñe a los niños a lavarse las manos con frecuencia. Enséñeles a lavarse las manos antes de comer y después de usar el baño, pasar tiempo en un lugar público abarrotado o acariciar animales. Muéstreles cómo lavarse y enjuagarse bien las manos.
• Practique una buena higiene. No comparta bebidas, alimentos, sorbetes, utensilios para comer, bálsamos labiales o cepillos de dientes con nadie. Enseñe a los niños y adolescentes a evitar compartir estos artículos también.
• Manténgase sano. Mantenga su sistema inmunitario fuerte descansando lo suficiente, haciendo ejercicio regularmente y comiendo una buena dieta con frutas, verduras y granos integrales frescos.
• Cúbrase la boca. Cuando necesite toser o estornudar, asegúrese de cubrirse la boca y la nariz. Mejor aún, tosa o estornude en su hombro.
• Si está embarazada, controle lo que come. Reduzca su riesgo de infección por listeria cocinando la carne, incluidos los perritos calientes y las carnes frías, a 165 grados Fahrenheit (74 grados Celsius). Coma solo quesos elaborados con leche que haya sido pasteurizada para eliminar los gérmenes. Verifique las etiquetas para asegurarse de que los quesos estén hechos con leche pasteurizada. Las vacunas pueden ayudar a prevenir algunas formas de meningitis bacteriana. Las vacunas incluyen:
• Vacuna contra Haemophilus influenzae tipo b. Esta vacuna se llama Hib para abreviar. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU., también llamados CDC, sugieren esta vacuna para niños a partir de aproximadamente 2 meses de edad. La vacuna también es para algunos adultos. Esto incluye adultos que tienen enfermedad de células falciformes o SIDA y aquellos que no tienen bazo.
• Vacuna conjugada neumocócica. Esta vacuna también se llama PCV15 o PCV20. Los CDC sugieren esta vacunación para niños menores de 2 años. La vacuna también es para niños de 2 a 18 años que tienen un alto riesgo de enfermedad neumocócica.
• Vacuna polisacárida neumocócica. Esta vacuna también se llama PPSV23. Los niños mayores y los adultos que necesitan protección contra los gérmenes neumocócicos pueden recibir esta vacuna. Los CDC sugieren la vacuna PPSV23 para todos los adultos mayores de 65 años. También es para adultos jóvenes y niños de 2 años o más que tienen sistemas inmunitarios débiles o enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, diabetes o anemia de células falciformes. Y es para cualquiera que no tenga bazo.
• Vacuna conjugada meningocócica. Esta vacuna también se llama MenACWY. Los CDC sugieren administrar una dosis única de MenACWY a niños de 11 a 12 años, con una dosis de refuerzo a los 16 años. Los niños que reciben la primera vacuna entre los 13 y los 15 años pueden recibir la dosis de refuerzo entre los 16 y los 18 años. Los que reciben la primera inyección a los 16 años o más no necesitan una dosis de refuerzo. Los niños entre las edades de 2 meses y 10 años que tienen un alto riesgo de meningitis bacteriana pueden recibir esta vacuna. También pueden hacerlo los niños en este rango de edad que han estado cerca de alguien con la enfermedad. También es una vacuna para las personas que no han sido vacunadas que han estado expuestas a la meningitis pero no están enfermas.
• Vacuna meningocócica del serogrupo B (MenB). Los CDC sugieren esta vacuna para adultos y niños de 10 años o más que tienen un mayor riesgo de enfermedad meningocócica. Incluyen adultos y niños con enfermedad de células falciformes, aquellos que tienen un bazo dañado o aquellos a quienes se les ha extirpado el bazo. Esta vacuna también es para personas con el raro trastorno inmunitario llamado deficiencia del componente del complemento o que toman ciertos medicamentos. Las personas que están expuestas a un brote de enfermedad meningocócica del serogrupo B también pueden recibir esta vacuna. Vacuna polisacárida neumocócica. Esta vacuna también se llama PPSV23. Los niños mayores y los adultos que necesitan protección contra los gérmenes neumocócicos pueden recibir esta vacuna. Los CDC sugieren la vacuna PPSV23 para todos los adultos mayores de 65 años. También es para adultos jóvenes y niños de 2 años o más que tienen sistemas inmunitarios débiles o enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, diabetes o anemia de células falciformes. Y es para cualquiera que no tenga bazo. Vacuna conjugada meningocócica. Esta vacuna también se llama MenACWY. Los CDC sugieren administrar una dosis única de MenACWY a niños de 11 a 12 años, con una dosis de refuerzo a los 16 años. Los niños que reciben la primera vacuna entre los 13 y los 15 años pueden recibir la dosis de refuerzo entre los 16 y los 18 años. Los que reciben la primera inyección a los 16 años o más no necesitan una dosis de refuerzo. Los niños entre las edades de 2 meses y 10 años que tienen un alto riesgo de meningitis bacteriana pueden recibir esta vacuna. También pueden hacerlo los niños en este rango de edad que han estado cerca de alguien con la enfermedad. También es una vacuna para las personas que no han sido vacunadas que han estado expuestas a la meningitis pero no están enfermas. Vacuna meningocócica del serogrupo B (MenB). Los CDC sugieren esta vacuna para adultos y niños de 10 años o más que tienen un mayor riesgo de enfermedad meningocócica. Incluyen adultos y niños con enfermedad de células falciformes, aquellos que tienen un bazo dañado o aquellos a quienes se les ha extirpado el bazo. Esta vacuna también es para personas con el raro trastorno inmunitario llamado deficiencia del componente del complemento o que toman ciertos medicamentos. Las personas que están expuestas a un brote de enfermedad meningocócica del serogrupo B también pueden recibir esta vacuna.

Un profesional de la salud puede diagnosticar la meningitis basándose en la historia clínica, una exploración física y ciertas pruebas.

Pruebas comunes para diagnosticar la meningitis:

• Hemocultivos. Una muestra de sangre se coloca en un plato especial para ver si crecen gérmenes como bacterias. Esto se llama hemocultivo. Una muestra también se puede colocar en una placa que se tiñe. El estudio al microscopio puede mostrar si hay gérmenes.
• Imagenología. Las tomografías computarizadas o las resonancias magnéticas de la cabeza pueden mostrar inflamación o irritación. Las radiografías o las tomografías computarizadas del tórax o los senos paranasales pueden mostrar una infección que puede estar relacionada con la meningitis.

Punción lumbar. Este procedimiento recoge líquido del espacio que rodea la médula espinal. En las personas con meningitis, el líquido a menudo muestra un bajo nivel de azúcar junto con un mayor recuento de glóbulos blancos y más proteínas.

El estudio del líquido también puede ayudar a mostrar qué germen causó la meningitis. Para la meningitis viral, es posible que necesite una prueba basada en el ADN conocida como amplificación por reacción en cadena de la polimerasa. También puede hacerse otras pruebas.

El tratamiento depende del tipo de meningitis. Meningitis bacteriana La meningitis bacteriana de nueva aparición necesita tratamiento inmediato con antibióticos administrados por vía intravenosa, llamados antibióticos intravenosos. A veces, los corticosteroides forman parte del tratamiento. Esto ayuda a recuperarse y reduce el riesgo de complicaciones, como la inflamación cerebral y las convulsiones. El antibiótico o la mezcla de antibióticos depende del tipo de germen que causa la infección. Hasta que su profesional de la salud conozca la causa exacta de la meningitis, puede recibir un antibiótico de amplio espectro que combate una variedad de gérmenes. Su profesional de la salud puede recetar corticosteroides para reducir la inflamación en el cerebro y un medicamento para controlar las convulsiones. Si un virus del herpes causó su meningitis, puede recibir un medicamento antiviral. Meningitis viral Los antibióticos no pueden curar la meningitis viral. La meningitis viral tiende a mejorar en unas pocas semanas. El tratamiento de la meningitis viral leve incluye: Reposo en cama. Abundantes líquidos. Analgésicos para ayudar a reducir la fiebre y aliviar los dolores corporales. Otros tipos de meningitis Si se desconoce la causa de la meningitis, es posible que deba esperar para comenzar el tratamiento con antibióticos hasta que su profesional de la salud encuentre la causa. El tratamiento de la meningitis en curso, llamada meningitis crónica, depende de la causa. Los medicamentos antifúngicos tratan la meningitis fúngica. Una mezcla de antibióticos puede tratar la meningitis tuberculosa. Pero estos medicamentos pueden tener efectos secundarios graves. Por lo tanto, es posible que deba esperar el tratamiento hasta que un laboratorio confirme que la causa es fúngica o tuberculosa. Los corticosteroides pueden tratar la meningitis debida a una reacción alérgica o una enfermedad autoinmune. A veces, no necesita tratamiento porque la afección desaparece por sí sola. La meningitis relacionada con el cáncer necesita tratamiento para el cáncer. Solicite una cita