Síndrome Del Bebé Sacudido

El síndrome del bebé sacudido es una lesión cerebral grave que resulta de sacudir con fuerza a un bebé o niño pequeño. También se conoce como traumatismo craneoencefálico abusivo, síndrome de impacto por sacudidas, lesión en la cabeza infligida o síndrome del bebé sacudido por latigazo.

El síndrome del bebé sacudido destruye las células cerebrales del niño e impide que su cerebro reciba suficiente oxígeno. Esta forma de abuso infantil puede causar daño cerebral permanente o la muerte.

El síndrome del bebé sacudido es prevenible. Hay ayuda disponible para los padres que corren el riesgo de dañar a un niño. Los padres también pueden educar a otros cuidadores sobre los peligros del síndrome del bebé sacudido.

Los síntomas y signos del síndrome del bebé sacudido incluyen: Malestar o irritabilidad extrema Dificultad para mantenerse despierto Problemas respiratorios Mala alimentación Vómitos Piel pálida o azulada Convulsiones Parálisis Coma Si bien a veces hay moretones en la cara, es posible que no se vean signos de lesiones físicas en el cuerpo exterior del niño. Las lesiones que podrían no verse inmediatamente incluyen hemorragia en el cerebro y los ojos, daño de la médula espinal y fracturas de las costillas, el cráneo, las piernas y otros huesos. Muchos niños con síndrome del bebé sacudido muestran signos y síntomas de abuso infantil previo. En casos leves de síndrome del bebé sacudido, un niño puede parecer normal después de ser sacudido, pero con el tiempo puede desarrollar problemas de salud o de comportamiento. Busque ayuda inmediata si sospecha que su hijo ha sufrido una lesión por sacudidas violentas. Llame al 911 o a los servicios médicos de emergencia, o lleve a su hijo a la sala de emergencias más cercana. Recibir atención médica de inmediato puede salvarle la vida a su hijo o prevenir problemas de salud graves. Los profesionales de la salud están legalmente obligados a denunciar todos los casos sospechosos de abuso infantil a las autoridades estatales.

Busque ayuda inmediata si sospecha que su hijo ha sufrido una lesión por sacudidas violentas. Llame al 911 o a los servicios médicos de emergencia, o lleve a su hijo a la sala de emergencias más cercana. Recibir atención médica de inmediato puede salvarle la vida a su hijo o prevenir problemas de salud graves.

Los profesionales de la salud están legalmente obligados a denunciar todos los casos sospechosos de abuso infantil a las autoridades estatales.

Los bebés tienen músculos del cuello débiles y no pueden sostener el peso de sus cabezas. Si a un bebé se le sacude con fuerza, su frágil cerebro se mueve hacia adelante y hacia atrás dentro del cráneo. Esto causa moretones, hinchazón y sangrado.

El síndrome del bebé sacudido generalmente ocurre cuando un padre o cuidador sacude severamente a un bebé o niño pequeño debido a la frustración o la ira, a menudo porque el niño no deja de llorar.

El síndrome del bebé sacudido generalmente no es causado por rebotar a un niño en su rodilla o caídas menores.

Las siguientes situaciones pueden aumentar el riesgo de que los padres o cuidadores sacudan con fuerza a un bebé y causen el síndrome del bebé sacudido:

• Expectativas poco realistas sobre los bebés
• Padres jóvenes o solteros
• Estrés
• Violencia doméstica
• Abuso de alcohol o sustancias
• Situaciones familiares inestables
• Historial de maltrato en la infancia

Además, los hombres tienen más probabilidades de causar el síndrome del bebé sacudido que las mujeres.

Incluso una breve sacudida de un bebé puede causar daño cerebral irreversible. Muchos niños afectados por el síndrome del bebé sacudido mueren.

Los sobrevivientes del síndrome del bebé sacudido pueden requerir atención médica de por vida para afecciones como:

• Ceguera parcial o total
• Retrasos en el desarrollo, problemas de aprendizaje o problemas de comportamiento
• Discapacidad intelectual
• Trastornos convulsivos
• Parálisis cerebral, un trastorno que afecta el movimiento y la coordinación muscular

Las clases de educación para padres primerizos pueden ayudar a los padres a comprender mejor los peligros del sacudido violento y pueden proporcionar consejos para calmar a un bebé que llora y controlar el estrés. Cuando su bebé que llora no se puede calmar, puede que sienta la tentación de intentar cualquier cosa para que las lágrimas cesen, pero es importante tratar siempre a su hijo con suavidad. Nada justifica sacudir a un niño. Si tiene problemas para controlar sus emociones o el estrés de la paternidad, busque ayuda. El médico de su hijo puede ofrecerle una derivación a un consejero u otro proveedor de salud mental. Si otras personas ayudan a cuidar a su hijo, ya sea un cuidador contratado, un hermano o un abuelo, asegúrese de que conozcan los peligros del síndrome del bebé sacudido.

Un niño que ha sido sacudido con fuerza necesitará ser examinado por muchos especialistas médicos diferentes, así como por un experto en abuso infantil.

El médico examinará al niño y hará preguntas sobre su historial médico. Pueden ser necesarias varias pruebas para detectar lesiones, incluyendo:

• Estudio esquelético. Se pueden usar varias radiografías de los huesos —posiblemente incluyendo los brazos, las manos, las piernas, los pies, la columna vertebral, las costillas y el cráneo— para determinar si las fracturas son accidentales o intencionales. Estas pruebas también pueden ayudar a encontrar fracturas previas.
• Examen ocular. Un examen ocular puede revelar hemorragias en el ojo y otras lesiones oculares.
• Análisis de sangre. Algunos trastornos metabólicos y genéticos, así como trastornos hemorrágicos y de coagulación, pueden causar síntomas similares al síndrome del bebé sacudido. Los análisis de sangre pueden ayudar a descartar algunas de estas afecciones.
• Resonancia magnética (RM). La RM utiliza un potente campo magnético y ondas de radio para crear imágenes detalladas del cerebro y la columna vertebral de un niño. Puede mostrar contusiones cerebrales, hemorragias y signos de disminución del oxígeno. Debido a que una RM es difícil de realizar en un niño que está inestable, generalmente se realiza de dos a tres días después de la lesión.
• Tomografía computarizada (TC). Una TC utiliza imágenes de rayos X para proporcionar imágenes transversales del cuerpo. Una TC del cerebro puede ayudar a detectar lesiones que necesitan tratamiento urgente. También se puede realizar una TC del abdomen para determinar si hay lesiones adicionales.

Dependiendo de la extensión de las lesiones, es posible que el bebé deba ser monitorizado en una unidad de cuidados intensivos pediátricos.